29 noviembre 2005

Observando el desarrollo de algunos acontecimientos


que intentan afirmarse hacia la hondura. Sinuosas formas, inspiradas en la sed.

28 noviembre 2005

Entonces


En la esquina, las vías
los canteros al pie
de cada árbol.
Las medianeras
las rejas
plagadas de jazmines,
tanto Virrey
que no es posible recordarlos
sin confundir.
El tren
el tren
tan cerca como pueda
(me gusta tanto)
sentir su vibración
verlo pasar
la placita de Moldes
la de los varios besos
en la sombra.
Las calles huelen
recién cuando la noche.
No hay otro modo para mí
la oscuridad nunca
tendrá otro aroma
que el que resulte
de la fina mixtura
de tu boca y la sombra,
y el sonido del tren
su latido
en el hilo pendiente
de saliva
de dos,
así.

Villa del parque



















Había allí un jardín
las únicas flores eran calas
recuerdo blanco y verde
con manchas de amarillo.
El patio
las baldosas mojadas
cuando apenas la lluvia.
Fuera, la galería
las voces
la cocina que humeaba
en pequeñas ventanas
cerradas al invierno.
Un rumor en verano
desde el fondo
-con césped-
las manos jóvenes
del prolijo doblez
la ropa limpia.
El olor de la cera
sábado
de mañana.
Su voz
cuando cantaba.

26 noviembre 2005

Po-ética





















La sorprendente realidad de las cosas
es mi descubrimiento de cada día.
Cada cosa es lo que es,
y cuesta explicarle a alguien cuánto me alegra esto,
y cuánto me alcanza.


Basta existir para serse completo.

He escrito bastantes poemas.
He de escribir muchos más, naturalmente.
Cada poema mío dice esto,
y todos mis poemas son diferentes,
porque cada cosa que hay es una forma de decir esto.

...

No sé qué pensarán los demás leyendo esto;
pero creo que estará bien porque lo pienso sin esfuerzo,
ni idea de otros que me oigan pensar;
porque lo pìenso sin pensamientos,
porque lo digo como lo dicen mis palabras.

Una vez me llamaron poeta materialista,
y yo me admiré, porque no creía
que se me pudiese llamar algo.
Yo ni siquiera soy poeta: veo.
Si lo que escribo tiene algún valor, no soy yo quien lo tiene:
el valor está allí, en mis versos.
Todo esto es absolutamente independiente de mi voluntad.

Fernando Pessoa (Poemas inconjuntos)

25 noviembre 2005

Ananke


Cerrar los ojos
descansar
del torbellino de una voz
motor en marcha
dejarse acariciar
con la indolencia
de quien conoce su después
su fin del éxtasis
su irremediable ya pasó
si para bien
si para mal
si para qué
sí pero no
(mujer al fin)
asida al tiempo
necesaria
inevitable
enlaza y crea
separando.
Cada cual
según su especie,
cada cual
sigue a su especie.

22 noviembre 2005

Orden del día


Cartas
ajadas por la mano sudorosa.
La lágrima oportuna
vuelve mancha
una palabra decisiva
en vilo
en vela
ve las cartas como piezas
las ordena
sobre el desorden solitario de las mantas
que no tiende ni arruga más amor.
Todo es lejano
hoy
todo al fin es lejano
esta mañana se parece a una de ayer
pero entonces
no habría este dolor
de papel ordenado
con manchas de otro amor
con palabras confusas
no sería posible
en vela
en vilo
derramarse al vacío
abierto entre los dedos
los dedos ciegos que modelan en la sombra
del cuarto del hotel
esas formas que son
hoy por hoy
lo perdido.

Despedida (tango)


Patios de la infancia aromados de malvón
calles que se entibian a la luna
sombras que se funden en un turbio corredor
y ella, que empezaba a ser ninguna,
¿Cómo pudo ser, si no tenía corazón,
si no era pájaro de alturas?
¿Dónde estaba su alma que no oía mi rumor?
De su esquina, voy a la amargura.
Nunca duele un sueño si llegó hasta el fin
el café del barrio guardó la despedida.
En la bruma de esas mesas
encontré sus manos frías
revolviendo en un pocillo lo que fui,
como acariciando
la soledad.
Barrio suburbano con la música de un tren
tonta calesita detenida
flores azuladas en los bordes del andén,
siempre hay más adiós que bienvenidas.
Trampa del ensueño fue su joven desamor
límite del cielo, su partida
el olvido llega
-es mi última ilusión-
curará con sal estas heridas.

Música de Claudio Brocco (el Toto)

18 noviembre 2005

Variaciones sobre un mismo tema



Sin rastros



"La fosa practicada en este bosque será cavada por el granjero de la Malmaison, bajo la inspección de Monsieur Le Normand, que no abandonará mi cuerpo hasta después de haberlo colocado en la susodicha fosa: si quiere, podrá hacerle acompañar en esta ceremonia por aquellos de mis parientes y amigos que, sin ninguna especie de aparato, hayan querido darme esta última muestra de afecto. Una vez recubierta la fosa, será sembrada de bellotas a fin de que el terreno y el soto vuelvan a encontrarse tupidos como eran antes y las huellas de mi tumba desaparezcan de la superficie de la tierra, como espero que se borre mi memoria de la mente de los hombres, excepto un pequeño número de los que han querido amarme hasta el último momento y de los cuales me llevo a la tumba un recuerdo muy dulce"...

(Testamento de Sade)

Epitafio



Disculpen que no me levante.

16 noviembre 2005

Videncia


No es grato ver
la luz cuando todo lo devora.
La sombra ampara, siempre
pero este sol inevitable
este absoluto mediodía
rompe todo lo que crea
la simulada eternidad bajo la luna.
Nadie querría, de verdad, la verdad
¿quién de nosotros se atreve a soportarla?
Hoy es un día
con inmensas ganas de restarse,
de sustraerse por asalto al almanaque
de vaciar el universo,
esta cámara de horrores,
este quieto teatro
de todo el que pudiera acercarse hasta la sala.
(sin duda por error involuntario)
La muerte causa a veces
curiosidad, como un deseo
el ímpetu de quien corre hacia el vacío
pero si es cierto,
si es que la rueda
nos trae y retrotrae todo el tiempo,
-al tiempo, todos-
lo lamento. Ya pasará,
ya casi pasa. Yo no quería decir esto:
no hemos venido aquí a ser felices.
Lo siento de verdad. Yo no quería,
yo casi nunca quise ver esto que veo.

a) Pena


Apena
apenas
un hueco
ese vacío
donde ardía
un fuego fatuo
meteórico destello
que no ilumina más, no dice.
Pero el silencio, desde luego, es anterior
hijo de orgullo, pariente cercano de la culpa
y todas me pertenecen, yo fui advertida, preferí hablar
que es siempre un modo de olvidar y de morir, abandonando.

15 noviembre 2005

Vos no me gustás nada


En su diario (El oficio de vivir) Pavese decía: ¿Porqué será que todo lo que ha de ser importante en mi vida, empieza siempre por desagradarme? Cuando lo leí era demasiado joven para comprenderlo en extenso, sin embargo esta frase siempre me resonó. Supongo que las cosas que nos agradan siguen un camino ya señalado muchas veces, por muchos pasos anteriores. Las rutas asfaltadas no permiten siquiera oir un chirrido de las ruedas, son como la onda verde de acceso a nuestro ánimo. Pero cuando el camino es de ripio y lastima las plantas de los pies, o la espesura de los arbustos araña la piel, es inevitable detenerse a ver qué pasa. Qué nos pasa. En lo que desagrada siempre hay algo que empuja y algo que resiste. Esos algos suelen reunirse en la persona que somos, armar su pequeña o gran batalla, mover el piso, sacudir la costumbre, movilizar cambios. Yo diría que es verdad, en mi vida siempre ha sido así. Estoy pensando en el amor, por ejemplo. Nunca me ganó la galantería, el "voulez- vous"; mis grandes amores los he resistido, batallado, hasta que no pude menos que rendirme a la evidencia. Del deseo podría decir lo mismo, no es fácil reconocerlo, no se lo acepta así sin más; siempre hay allí algo novedoso, temido. De modo que acaso, lo que se resiste es lo nuevo, lo que no tiene antecedentes, lo desconocido. Pero ya sabemos qué nos pasa si vivimos siguiendo las flechas de los carteles indicadores, confiando en las previsiones, en los cálculos, en las especulaciones mentales (¿qué otra cosa es una fantasía?) Entonces, seamos sinceros, practiquemos el sinceramiento con nosotros mismos. Por mi parte, no volveré a decirle a nadie que lo amo por lo mucho que me gusta, sino por la profunda intranquilidad que despierta en mí todo lo que de él me desagrada. Sospecho que ahí puede haber algo verdadero.

Caracol de mar profundo


Me gustan estos caracoles y otros que ví en otro blog. Me gusta el juicio a Piglia y las consecuencias que ha tenido, más allá de ganarlo. Me gusta la carta a Bayer por el tono directo y afectuoso con el que se pueden aclarar las cosas entre amigos, sin olvidar las reglas de oro de los bien pensantes y bien actuantes. Me gusta La flor azteca porque leyéndola he pensado qué lindo niño debe haber sido Nielsen, qué lindo niño debe ser todavía para hacer las cosas del modo en que las hace. Me gusta su humildad y su buen tono.

14 noviembre 2005

Benjamin


Parar la máquina argumentadora. Dejar de proveerle el combustible tóxico de la ilusión de certeza, -nada tan lejano a la verdad-
Deshacer hasta el punto inicial, el puro origen, lo que perdura porque es en sí. Naturaleza de las cosas, naturaleza de los seres. Fluidez interrumpida, mancha sobre el blanco paño, palabra que obtura, idea -siempre impura-
Amo esta frase de Benjamin : "Cosas impuramente grávidas de certidumbre".
No es que crea en Benjamin, ocurre que estoy enamorada de él.

12 noviembre 2005

Paul

Qué bueno, qué simple, qué sensible, cómo me gusta este último disco.

11 noviembre 2005

Luego existe

Para Omar Genovese (Después de leer Kaputt, decidí dedicártelo)


Pensó decir
se apretaba en la lengua
una sola palabra
se revolvía allí
sin decidirse
pensó pensar antes de hablar
se pensó estúpida
indecisa
la sentencia a menudo
tan en la punta de la lengua
tan prontas lápidas
aplicadas sobre cuerpos catalépticos
y eso que desde el fondo
aprisionado
rasguña por salir
por demostrar
su todavía hálito viviente
ese respiro desesperado
pensar vivir
poner el cuerpo
bajo tierra
el corazón
late que late.
¿Piensa el verdugo?
No.
El verdugo ya se sabe.

10 noviembre 2005

Máquinas


Tal vez, no hay otro modo. Suena lógico que desarmar la máquina permita comprobar, comprender su mecanismo, su funcionamiento. Después, con cuidado y algo de experiencia (conseguida en el proceso de desmontar pieza por pieza) será posible recuperar esa totalidad, hasta entonces enigmática, que actuaba en nosotros. En lugar de nosotros.

08 noviembre 2005

En el barco


Este pequeño apunte hecho a lápiz
se le parece, ciertamente.


Dibujado con prisa, en la cubierta
del barco, una maravillosa tarde.
En torno nuestro el mar Jónico.


Se le parece. Pero yo lo recuerdo más hermoso.
Era muy sensitivo, hasta el extremo
de sufrir, y ello iluminaba su expresión.


A mi memoria vuelve más hermoso
ahora que lo evoco fuera del Tiempo.


Fuera del tiempo. Es tan antiguo todo
-el dibujo, y el barco, y la tarde.

Konstantinos Kavafis (Deseos y otros poemas)

07 noviembre 2005

Tenían razón.


En ese momento
hablábamos del tiempo
él dijo que el asunto
el viaje verdadero
sería conseguir
desplazarse en el tiempo,
no en el espacio.
Dije, claro
si es que sólo hay presente
sin embargo,
mirá cómo vivimos
atados al pasado,
ansiosos de futuro
impacientes de angustia
sin conciencia.

Habíamos fumado y
algo estábamos tomando.
el cenicero probablemente rebosaba
de colillas mordidas, todas mías.
Me pone tan ansiosa hablar de esto.
Miré el reflejo
que el globo verde chino
pintaba en la ventana.
Vi dos leones
una pareja de leones
hermosos y sensuales
el puro cuerpo bello
el fuego
se movían
o sólo ella se movía alrededor
se lamían las caras mutuamente.
Una danza animal
hermosa ardiente
natural como aquello
que pasaba debajo de mi cosmos.
Me pierde el infinito,
me dejo ir y siempre
el llamado de la bestia,
su belleza
lamiéndose
me trae.
A decir verdad, me pierdo en tantas cosas...
Lo decían en casa:
me falta voluntad.

04 noviembre 2005

Mi hermana


Ayer, después de hablar con vos, reviví esos momentos, cuando éramos chicas y nos íbamos a dormir. Yo, la menor, pasaba la mano por entre los barrotes de la cuna de madera, para que vos la tomaras entre las tuyas. Tenia miedo y vos me defendías. Ni siquiera tenías dos años más que yo. Me vestías, me llevabas al colegio, me dejaste en herencia tus amigos, me obligaste a luchar por lo que quería. Me seguís defendiendo, vos reconocés el terror, cuando me habita.

03 noviembre 2005