31 diciembre 2006

Artaud


No es posible que al fin el milagro no estalle.
He sido demasiado castigado.
Me he atormentado demasiado en el mundo.
He trabajado demasiado para ser puro y fuerte.
He perseguido demasiado al mal.
He buscado demasiado tener un cuerpo limpio.

A todos, con esperanza. Una esperanza con un poco más de aliento, que trascienda el 2007.
A Omar, gracias de corazón (las otras, si bien se dan, duran poco).

30 diciembre 2006

Ahorcarlo parece que ayuda


El presidente George W. Bush dijo que la ejecución de Hussein marca el "fin de un año difícil para el pueblo iraquí y para nuestros soldados" y señaló que la muerte del ex gobernante iraquí no detendrá la violencia en Irak.
Pero "es un hito importante en el curso de Irak para convertirse en una democracia que pueda gobernar, sostenerse y defenderse por sí misma, y ser una aliada en la guerra contra el terrorismo", expresó Bush en un comunicado la noche del viernes emitido en su rancho de Texas.

Y después:

Al menos 61 personas murieron y otras 70 resultaron heridas tras una serie de atentados que se sucedieron hoy en Irak luego de que el ex presidente Saddam Hussein fue ejecutado en la horca, informaron medios locales.

28 diciembre 2006

Déjala correr


Se despliega y se abre
humo negro
abanico de la noche y de las sombras
telón,
cava de un cementerio sepultado,
es la ilusión de ver
lo que es
en su íntima verdad desconocida
tal cual se lo ha lanzado
por una vez al mundo, desde el canal secreto
donde se cruzan ríos
desde las altas cavernas de su enigma
el abismo del agua.
No sé, no me preguntes.
no he comprendido nunca, y no espero
que alguna voz,
alguna vez
me lo descubra:
por qué la vida,
en furiosas cascadas,
precipita.

Por un brindis más franco.


Che mozo!
sirva un trago más de caña,
yo tomo sin motivo y sin razón,
no lo hago por amor
que es vieja maña,
tampoco pa` engañar al corazón.
No tengo un mal recuerdo que me aturda,
ni tengo que olvidar una traición,
yo tomo porque sí, de puro curda
pa`mi siempre es buena la ocasión.

Y a mí, qué me importa que diga la gente
que paso la vida en un mostrador
por eso no dejo de ser bien decente
ni pierdo mi hombría ni enturbio mi honor.
Me gusta! y por eso le pego al escavio,
a nadie provoco ni obligo jamás
y al fin si tomando me hago algún daño
lo hago conmigo, de curda nomás

Si un hombre pa`tomar un trago e`caña
precisa la traición de una mujer,
no es hombre, no se cura, no se engaña,
es maula p`al sufrir y p`al querer.
Yo tengo bien templao al de la zurda
no tomo pa`olvidar una traición
yo tomo porque sí de puro curda
pa`mi siempre es buena la ocasión.


DE PURO CURDA
Letra: Carlos Olmedo
Música: Abel Aznar

Olmedo y Aznar no buscaban excusas. Chin-chin.

26 diciembre 2006

No importa


"No me importa ser lodo si tú me purificas"
Miro Villar



De grueso barro
como un cántaro cocido al sol de enero
o licuado en lloviznas persistentes
arenal o pantano
movedizo soporte de tus pies en la tierra
adherencia, milagro fracasado
mutación del infierno
criatura alterada de una raza perfecta
no te importa
no importa
no te importa ser lodo
ser nada, no te importa
no te importa si has sido
Magdalena o María.
Dependes de su boca
de su sexo entregado
a hurgar dentro del cono de tu pubis oscuro
el temblor del aliento que sacude los pinos
en la cimas lejanas, blanqueadas, de tu nombre
reluciente y sonoro
en su palabra pura.

Lobuno, zaino, gateado


Con generoso esfuerzo, mientras sonaban las campanas navideñas y otros se atragantaban con el pan dulce o las garrapiñadas, la Luc cambió el pelaje a Pura Sangre, que ahora es original, bonito y colorado. Gracias, master (web master) Y eso que una no es la más querida...
Pasen y vean

23 diciembre 2006

Navidad de los pobres



Es tarde,
ya vimos como el sol
se hundía
entre rosadas luces
nubes púrpuras.
El jardín del verano cambia
a medida que la noche
lo dibuja borrando los contornos
la sombra aparta
morosa
aquello que de día
parece necesario
y ahora sobra,
es lastre del exceso.
La noche está desnuda
camina entre nosotros
y hace frío.
No hay luna.
La distancia es un país
de golfos y penínsulas
ahora desolados
sólo extremos
solos
en esta sombra extensa
que es el mundo,
entre aquello sin ropas
que deja ver sus huesos
en lento deshacerse,
su desmayo de polvo.

con algunas dulzuras
tus manos que sostienen la copa todavía
me acercan
hasta el borde de la boca
la taza
(o a la inversa)
siento el cáliz de tu mano,
el perfumado vaho de las hierbas
su calor
tu firmeza
aunque no vea nada desde aquí
salvo la densa oscuridad
de mi vestido negro
de fiesta y agonías:
las migas en la mesa.
A mis espaldas
desnudo como se llega a algún lugar
como todos nos iremos algún día
viene
y es sombra dentro de la sombra
aire del aire.
Cubre con lana rosada
-rosa de angora-
mi escalofrío
la serpiente prendida
de ese revés de mí
que le está dado ver y a mí se niega.
Abriga. Cubre y abraza.
Como el ángel de Rilke
su amor me guarda,
me da a beber de la belleza
me cuenta entre las cuentas
del mítico collar
(falsas las perlas, el brillo verdadero)
que hilvanan sus palabras y las mías
con el hilo absoluto
que resiste los filos
(dientes de monstruos,
uñas y garras)
porque es vida
que por fuerza se anuda,
cordón sagrado.
Ni siquiera hace falta que sugieras
que sabrás deslizar
con hábil mano
copa
cáliz
el vestido nocturno de agonías
hasta el húmedo césped del jardín.
No hay más sorpresa que la aurora
de alguna vez tus manos
sobre el cuerpo
donde hiciste
la casita de cuento de tu alma,
la pura síntesis,
lo que quedamos contemplando
-los dos desnudos desde siempre-
cuando el jardín ya no se ve.

21 diciembre 2006

Amigas


(A Graciela D.)


Entonces no sabíamos
de un orden en el tiempo
cada día era nuevo
el sol, insectos como montruos en el pasto
la montaña de arena
esas rodillas grises
como de hollìn o tierra
las veredas, los patios de la siesta
en jardines ajenos
donde el sudor o el sexo
la sangre que es trofeo y es sorpresa
-el borde a veces dulce del dolor-
su línea roja
dividiendo una extraña
posesión de los cuerpos.
También a vos la historia
te bordaba una aureola imperceptible
salvo cuando en el páramo
(que es siempre lo que queda por delante)
se emboscaba una forma caprichosa
cerrada sobre sí
un ala
un manto
un abrazo del aire de setiembre
donde la niña rubia abandonada
desde el rincón de su voz enronquecida
arrastraba de a pie
sobre sus piernas flacas
la gran bolsa de los dones de este mundo
rozaba con sus dedos la guitarra
y cantaba,
cantaba
y cantaba.

19 diciembre 2006

13 diciembre 2006

Materia


Los álamos del borde
los que asoman
sobre el paredón curvo y gris
los álamos oscuros doblados por el viento
que la lluvia más delgada
inclina, carga
como cargamos sobre la espalda, ciegos
inclinándonos sin razón aparente,
el presagio de una próxima desdicha

es cercana la muerte
no porque llegue un día
-forastera en el país-
sino porque nos canta
canciones de malsueño
desde el pequeño hueco de la cuna
corrompe
la belleza que vemos
de modo que al instante, se descubra imperfecta
y aprendamos
a resignarnos a esa forma inacabada
en que se ven las cosas,
a estos ojos enfermos.

El corazón


En el desierto
He visto una criatura, desnuda, salvaje
Que arqueada sobre el suelo
Sostenía su corazón entre las manos.
Y comía de él.
Le dije: -¿Está bueno, amigo?-
-Es amargo, amargo, contestó,
Pero me gusta
Porque es amargo,
Y porque es mi corazón-.

STEPHEN CRANE

12 diciembre 2006

Por la vuelta


Reeditado por Paradiso, se presenta mañana 13 de diciembre a las 18.30 hs. en Paraná 1159, "Siberia Blues", de Néstor Sánchez.
Hablan Américo Cristófalo, Rodolfo Fogwill y Guillermo Saavedra.
Gracias, Claudio, por invitarme.

07 diciembre 2006

Algún puerto, o la barca misma


Leo que la guerra de Troya se considera el deslinde entre la edad mítica griega y la heroica, o protohistórica. Pero es Homero -un poeta- quien la narra. Así, la literatura, que es simulacro, toma la posta del mito, el simulacro de los dioses, lo continúa, se convierte en ese espacio supratemporal donde todo vuelve a suceder. Por vez primera. Cada vez. Toma el lugar, y la función.
Toda la historia es relato, siempre. Tal vez nos llega de ese modo, simplemente, porque el tiempo pasado es irrecuperable de otra forma que no sea atravesado por la mirada y las voces de los hombres, de algunos hombres que intentan, como los dioses, fijar algo que resista el abandono insuperable del presente.
La historia como ese río en el que nunca volveremos a bañarnos, nunca idéntico, incapaz de detenerse, salvo en pequeños instantes en los que algo late, como late lo que vive, en el simulacro de la literatura.
¿No es ése, al fin, el juego del Tiempo en el que sólo nos pertenece ese pequeño fragmento del instante presente, constantemente renovado y otro?
¿Y si seguimos mintiendo, entonces, o aún diciendo la verdad, y si lo hacemos sostenida, reiterada, compulsiva, inevitablemente, será posible que algo -algo pequeño, fragmentario pero algo al fin- quede?
Me estoy haciendo otra pregunta: ¿algo quedará?

06 diciembre 2006

05 diciembre 2006

Allá le dicen bus


Que un grupo de gente se reúna y escriba, no es raro. Que sostengan este grupo por diez años, ya resulta infrecuente. Que este colectivo argentino-español-catalán decida publicar en conjunto y las presentaciones del libro se multipliquen en distintos puntos de una ciudad tan grossa editorialmente como Barcelona, con gente que pugna por entrar y hacerse (pagándolo en euros)de un ejemplar del libro, ya es para celebrarlo como una verdadera rareza.
Karcoma nació en Sant Boi hace más de diez años y desde entonces ha llevado a cabo, con diferentes componentes, actividades siempre relacionadas con la literatura. «Punto y karcoma» es su primer libro publicado.
Roberto Burguet, ha dicho de este libro:
"(...)no se presentarán como generación, ni diseñarán bandera, himnos, países. El suyo lo anuncian como un trabajo de zapa en las vigas de los palacios.
(...)Cuando recibí en mi ordenador este libro me asomé a siete vértigos que atacaban por siete costados.
Toda creación que merece el nombre nos produce una sensación de derrota exaltada.
Nos pone frente a la acusación de no haber sabido hasta entonces ver lo que siempre había estado allí. Y nos pone también delante la oportunidad de redimirnos.
Qué decir frente a la emboscada de esta guerrilla, cuando uno se siente descubierto por siete flancos. Por siete creadores.
Una derrota séptuple, siete veces exaltada.
Carcoma, casi nada.Cambiar el mundo.
Ya han empezado a hacerlo".

Roberto Burguet es profesor de la Universitat Autónoma de Barcelona y autor de la novela «Estaciones breves» (Editorial Tropismos).

En el colectivo Karcoma viajan: Vicente Aparicio, Marc Ballester, Vicenç del Hoyo, Eva Ferreira, María Guilera, Rosana Román y nuestra (como el dulce de leche, y el mate con bizcochitos) Mónica Sabbatiello. Bueno, ella siempre va en bondi.

04 diciembre 2006

Lengua


No habrá una sola estrella
-ni aquella que agoniza y ya se extingue,
ni las que abren la noche brillando como furias,
ni la que permanece, paciente en sus destellos
señalando la aurora-
que sugiera a los magos más clara epifanía:
esta es La Tierra, la ciudad madre y cuna
todo el polvo y el verde del laurel y el olivo
es el doble y el nombre, la deriva, el navío
los vasos y los templos que pudieran alzarse
la plegaria, los frutos, el incienso y el rito
esta isla es la historia, la patria donde abrimos
los ojos que nos cierran las flechas, o la mano
que desciende dulcísima a sellarnos los párpados,
los caballos y el carro de glorias o de oprobios,
todo el sol que te entibie y el mar que habremos visto.
Aquí es donde llegamos, de una vez para siempre
es el día y las vísperas
el sinfín de los sueños, la corona, el anillo
es la esquiva figura de una arcilla insumisa
el paño que he teñido con púrpura y con sangre
y ha de ser ese manto que nos cubra y descubra
el lugar donde fundes en oro escurridizo
lo que adoras con alma y carne doloridas
hasta que caiga el rayo implacable que juzgue.
Es la isla y La Tierra perdida y prometida
es el plan y la suerte, es la sombra del tiempo
y es el tiempo
la ideal geometría de los cielos posibles
el tambor de un latido que percute sonoro
en el ciclo continuo de esplendor y de ruina.

02 diciembre 2006

30 noviembre 2006

La vuelta


Gastado, el riel
su cercado camino trazado por el hierro
y el añejo corazón de un árbol duro.
Otra vez
la silueta borrosa de un pueblo igual a otros
la extática llanura que copia y reproduce
porque sólo se afirma si regresa a una forma
sin relieves
sin huellas
endogámica autista sofocada
así el otro es su propia lejanía,
su distancia del fondo de sí misma.
Nuevos rostros blanqueados o morenos,
manos toscas o hábiles
más vulgares vestidos, menos brillos
frentes lisas sin signos
ni señales visibles
más raleadas palabras saqueadas de sentido
un boleto sin sello
el run run sin efecto de la lluvia en los parques,
los vapores ligeros
de un verano enfermizo.

28 noviembre 2006

Esto



Firme
suave
te entiendes con La Trama
si eres nexo,
eres lazo.
Cierras los ojos cuando te abres
subes
captas.
Te vistes con las sombras,
las luces son la estola
de tu alto cuello suave,
la belleza se irradia
desde un cuerpo desnudo
verdadero,
descalzo.

25 noviembre 2006

Mientras bebo, solo, a la luz de la luna



Un vaso de vino entre las flores:

bebo solo, sin amigo que me acompañe.

Levanto el vaso e invito a la luna:

con ella y con mi sombra seremos tres.

Pero la luna no acostumbra beber vino,

y mi perezosa sombra sólo sabe seguirme.

Festejemos, con mi amiga luna y mi sombra esclava,

mientras aún es primavera.

En las canciones que entono vibran rayos lunares;

en la danza que ensayo mi sombra se aferra y deshace.

Los tres juntos, antes de beber, holgábamos;

ahora, ebrios, cada cual va por su lado.

¡Regocijémonos muchas horas todavía,

en nuestro extraño festín inanimado,

para encontrarnos al fin en el Rio de las Nubes!

LI PO

23 noviembre 2006

Carta



¿Ves el verdín, ahí sobre esas piedras
ves la pared descascarada y sucia
las plantas amarillas
que bordean al árbol y lo asfixian
con su abrazo reseco?
Algo así tendría que pintar para mostrarte
de qué hablo cuando digo: desencanto.
De todos modos haría falta tu mirada
haría falta que vuelvas y que evoques
la vigilia empecinada de aquél tiempo,
la noción inaudita de verdad
que te ató y nos sostuvo
en la cornisa del palacio de las fiebres,
entre el atávico impulso de saltar
con los ojos abiertos al vacío
y el de hundirnos tantos años en la trampa
del sopor embellecido de los sueños.

22 noviembre 2006

21 noviembre 2006

Pupila


Ve así los cráteres pequeños de sus poros
el vello denso o suave
la humedad y el dibujo
delgado de las grietas,
nervaduras de savia transparente
tornasoles
su azul ramo de venas
arena y raso
y así lo liso, lo viscoso
lo adherente
el mapa releído
ajado entre sus manos sudorosas
lo que fuga al paciente trabajo del topógrafo
por rendijas que apenas se perciben
en el soberbio fondo
que provee la noche
a la sólida verdad de ese latido
que en silencio estremece
y a oscuras, brilla.

19 noviembre 2006

Lento




está llegando.

17 noviembre 2006

16 noviembre 2006

Bodas


Rasante y necesaria
con el apremio de los dioses
la repetida cópula
que engendra y que devasta
como el aura de un incendio en la pradera
donde pasta un rebaño
de corderos oscuros,
así se cierra el día:
bajo este cielo gris
el lazo que lo ciñe
al rubor de un crepúsculo.

14 noviembre 2006

Ariadna en Naxos


Ha subido hasta el último peldaño
la escalera del templo
el único en la isla,
no lo conoce, porque
no es ésta la tierra que dio a luz a sus padres
ni es la franja que ha soñado desde un azul velero
hundida en la promesa y los abrazos
de quien aquí la trajo, seducida.
Sólo puede mirar desde esta altura
un más allá de arena
o el mar
una pradera que refulge bajo el sol
ese hado diurno del reflejo
y de un mirar más obstinado, el certero destino.
En la isla no hay faros, ni otra vida
que unas pocas culebras que se ocultan
y se escurren entre matas resecas, cerca del mediodía
o unos peces que saltan sobre copos de espuma
y esos pájaros pequeños que chillan aleteando
sobre arbustos que sueltan unas brevas maduras.
Sólo es visible un punto
desde el ojo sin lágrimas que observa
la raja de agua pura que separa
una isla de otras.
Cae la túnica y le roza los tobillos, insensible
está sola y desnuda
absorta en un recuerdo
que lleva y trae imágenes, temblando
como tembló su cuerpo debajo de otro cuerpo
antes de la condena a perenne distancia,
el luto de esta isla.
Acaricia las fibras de ese árbol
y teje silenciosa el lazo de su suerte
que anudarán sus propias manos
en torno al cuello que admiraron
y besaron, infieles
los héroes cuyo sino fue olvidarla
para impulsar la rueda en la que gira el mundo.

Ella, que ha sido tantas veces tantas otras mujeres,
ahora sólo debe
recordarse a sí misma.

Oráculos


El suave roce del follaje de una encina,
la gota de aceite que hará brillar el bronce
y reflejar en él la luz.
La altura o el color que alcanzarán las llamas en la pira
o el dibujo, que más tarde, formarán las cenizas
dispersas en el suelo.
El rumbo que tomen las aves.
La conmoción sonora de los truenos
o el fulgor del rayo, en la negrura.
La forma de las nubes.
Las primeras palabras que pronuncie
el primer hombre que, por azar, se cruce en tu camino.
El exacto hexagrama que edifiquen
las varillas que sostienen, sobre un paño sedoso,
unas manos antiguas y amarillas.
La borra del café.
La posición de Venus
y el lugar que el astrólogo
le dé a Marte en sus mapas.
Las líneas que recorren las palmas de tus manos
y de las mías.
La imagen que aparezca al dar vuelta la carta.
Todo se confabula: acuerda lo de arriba y lo de abajo.
Y sin embargo, huyes de esa grieta
cegado, entre vapores, porque has visto mi alma en un resquicio.


El deseo es un río, de cauce alucinado,
que reniega del mar.

11 noviembre 2006

No hay puertas


Con arenas ardientes que labran una cifra de fuego sobre el tiempo,
con una ley salvaje de animales que acechan el peligro desde su madriguera,
con el vértigo de mirar hacia arriba,
con tu amor que se enciende de pronto como una lámpara en medio de la noche,
con pequeños fragmentos de un mundo consagrado para la idolatría,
con la dulzura de dormir con toda tu piel cubriéndome el costado del miedo,
a la sombra del ocio que abría tiernamente un abanico de praderas celestes,
hiciste día a día la soledad que tengo.
Mi soledad está hecha de ti.
Lleva tu nombre en su versión de piedra,
en un silencio tenso donde pueden sonar todas las melodías del infierno;
camina junto a mí con tu paso vacío,
y tiene, como tú, esa mirada de mirar que me voy más lejos cada vez,
hasta un fulgor de ayer que se disuelve en lágrimas, en nunca.
La dejaste a mis puertas como quien abandona la heredera
de un reino del que nadie sale y al que jamás se vuelve.
Y creció por sí sola,
alimentándose con esas hierbas que crecen en los bordes del recuerdo
y que en las noches de tormenta producen espejismos misteriosos,
escenas con que las fiebres alimentan sus mejores hogueras.
La he visto así poblar las alamedas con los enmascarados que inmolan al amor
-personajes de un mármol invencible, ciego y absorto como la distancia-,
o desplegar en medio de una sala esa lluvia que cae junto al mar,
lejos, en otra parte,
donde estarás llenando el cuenco de unos años con un agua de olvido.
Algunas veces sopla sobre mí con el viento del sur
un canto huracanado que se quiebra de pronto en un gemido
en la garganta rota de la dicha,
o trata de borrar con un trozo de esperanza raída
ese adiós que escribiste con sangre de mis sueños en todos los cristales
para que hiera todo cuanto miro.
Mi soledad es todo cuanto tengo de ti.
Aúlla con tu voz en todos los rincones.
Cuando la nombro con tu nombre
crece como una llaga en las tinieblas.
Y un atardecer levantó frente a mí
esa copa del cielo que tenía un color de álamos mojados
y en la que hemos bebido el vino de la eternidad de cada día,
y la rompió sin saber, para abrirse las venas,
para que tú nacieras como un dios de su espléndido duelo.
Y no pudo morir
y su mirada era la de una loca.
Entonces se abrió un muro
y entraste en este cuarto con una habitación que no tiene salidas
y en la que estás sentado, contemplándome, en otra soledad
semejante a mi vida.

OLGA OROZCO

09 noviembre 2006

Telón


Todavía no acepta
la inminencia del día
y entrecierra los párpados a
la realidad hermética del sueño.
Es la impiedad del fuego
que arrasará el palacio
lo que esta lluvia imita
obnubilando los cristales coloridos
de las altas ventanas.
En los salones de lámparas fastuosas
que recubren el sótano
se habrá perdido al menos, la tristeza
de una esperanza débil, repitiéndose.
Debajo,
donde las rotas cañerías
prospera un agua oscura
una escoria de sangres que gotean
sobre los muslos
azules, carcomidos
de la muchacha muerta.
(No conoció el adiós
de un puñado de tierra).
El deseo del amo
ha sido, al fin
como un jirón de seda,
esa hilacha que arrastra
-con todo lo que sobra y lo que cae-
como ciega ceniza, en la mañana
la mano escrupulosa de las viejas sirvientas.
Su dignidad declina
pero alguien la preserva.
Van a cubrir con fundas impecables
los muebles de la sala.

Y si hablan entre ellas, lo harán en voz muy baja.

07 noviembre 2006

Manía























foto de Richard Avedon



En una atmósfera de pozo
de cava negra o
tumba
entre paredes ríspidas
cerrado
como dentro de un círculo
así el origen
la tendencia incontrolable de las formas
bogando
como lo hace una idea
eso que ya hemos sido
lo que después será
cuando no estemos aquí para juzgarlo
desde
la irreverencia del esperma de tu padre
su inconciente fluido
nadarás para siempre
viscosidad del río
pequeña luz en el cristal y
opalescencia
sometido a presagios
que no escuchas
no escuchas
entre ruidos y voces que te ordenan
la perfección de un acto.

03 noviembre 2006

La muerte en Beverly Hills


En las cabinas telefónicas
hay misteriosas inscripciones dibujadas con lápiz de labios.
Son las últimas palabras de las dulces muchachas rubias
que con el escote ensangrentado se refugian allí para morir.
Última noche bajo el pálido neón, último día bajo el sol alucinante,
calles recién regadas con magnolias, faros amarillentos de
los coches patrulla en el amanecer.
Te esperaré a la una y media, cuando salgas del cine -y a
esta hora está muerta en el Depósito aquélla cuyo
cuerpo era un ramo de orquídeas.
Herida en los tiroteos nocturnos, acorralada en las esquinas
por los reflectores, abofeteada en los night-clubs,
mi verdadero y dulce amor llora en mis brazos.
Una última claridad, la más delgada y nítida,
parece deslizarse de los locales cerrados:
esta luz que detiene a los transeúntes
y les habla suavemente de su infancia.
Músicas de otro tiempo, canción al compás de cuyas viejas
notas conocimos una noche a Ava Gardner,
muchacha envuelta en un impermeable claro que besamos
una vez en el ascensor, a oscuras entre dos pisos,
y tenía los ojos muy azules,
y hablaba siempre en voz muy baja- se llamaba Nelly.
Cierra los ojos y escucha el canto de las sirenas en la noche
plateada de anuncios luminosos.
La noche tiene cálidas avenidas azules.
Sombras abrazan sombras en piscinas y bares.
En el oscuro cielo combatían los astros
cuando murió de amor, y era como si oliera muy despacio un perfume.

Pere Gimferrer

02 noviembre 2006

Ser ahí


Su forma se recorta
alto
aún en la incerteza
de la noche y la bruma
blanco, sólido
quieto en el centro del vaivén
alumbra,
insiste.

Circa


Tal vez
desde un lejano paraíso
-el pecado, el inicio-
la condena del vientre
a ras de tierra
sinuoso el modo
elíptico
de llegar donde llega
un rastro
ondas
la efervescencia instantánea de la espuma
inquieta cuando asoma
sobre la línea distante de los ojos
te llama ese destello, en fondo oscuro.
No ha de quedarse aquí
su fingido furor
se desvanece
a unos pasos del muelle en que lo miras.

28 octubre 2006

Autoscopia


Fotos de Néstor Grassi


Quisieras verte de otro modo
con otros ojos, quizás
adivinar qué aman los que aman
qué se puede llegar a detestar
qué es lo benéfico
qué causa daño
si está en el gesto
en algún rasgo distintivo
si lo heredaste y se repite en los que siguen
si lo adquiriste por los hábitos
o el tiempo,
que finalmente es el que forja
las formas a su arbitrio,
o por seguir a pies juntillas
como manda el deseo
jugando así a las escondidas
cuando de pronto asoma
y libra
la arista pétrea que delata
lo encallecido
lo que duele
lo necio
lo que te niega y lo que afirma
contra corrientes poderosas
o a favor de lo leve
el obstáculo
el pase
hacia los otros que hayas sido
los que serás
hacia los otros, desde otros
quisieras verte.
Dónde tu fe
si es que todo finalmente, se reúne
¿espejismo o espejo?
de ajeno yo
de propios otros
un carroussel que te da el vértigo
y el impulso del giro,
el movimiento
fija la idea, te deshaces.
Estás a punto de no ser,
siguiendo el juego.

27 octubre 2006

Una demostración que canta


El pensamiento es una actividad inmediata, provisional, entremezclada de palabra interior muy diversa, de fulgores precarios, de comienzos sin futuro; pero también rico de posibilidades, con frecuencia tan abundantes y seductoras, que estorban al autor más de lo que lo acercan al término. Si es un verdadero poeta, sacrificará casi siempre a la forma (que después de todo, es el fin y el acto mismo, con sus necesidades orgánicas) ese pensamiento que no puede fundirse en poema si exige para su expresión el uso de palabras o giros extraños al tono poético. Una alianza íntima del sonido y del sentido, que es la característica esencial de la expresión en poesía, no puede obtenerse sino a expensas de una cosa, que no es sino el pensamiento. Inversamente, todo pensamiento que debe precisarse y justificarse al extremo, se libra del ritmo, del número, de los timbres, en una palabra, de toda búsqueda de las cualidades sensibles de la palabra. Una demostración no canta...

Paul Valery

26 octubre 2006

Te Deum


Ahora es el instante
de ese posible error
en todo cálculo
el disturbio
la espera.
No consigue dormir
no sabe hacer
lo que habría que hacer
ahora es el pasaje
el mientras tanto
si hasta parece que la aguja retrocede
vuelve al gajo anterior
el de la sombra
sólo unos pasos en el sentido ya prescrito:
se desliza la carne en humedades
silbido de aire entre los dientes
se puede oir
el niquelado tintineo de la dádiva
al compás.
No. Dirá: no
a las sirenas que ululan en el vértigo
no
al portazo brutal que da la angustia
no
al roce de cadenas sobre el suelo
de lo perpetuo y fantasmal
desencarnando
no a los ojos
que se posan vacíos más allá de la idea
esa clara señal de que ha habido promesas. No.
En su lugar
la sensación de ascenso y de caída
un cadáver que flota
su cabellera extensa
suspendida
un marchito nenúfar
sobre el espejo deformante
del río inmóvil.
Dirá: sálvame
(el no sabe pedírtelo, no acierta)
eludiendo el mensaje y la evidencia
de signos y de marcas
(de puño y letra su nombre ha escrito)
si ha vivido evitando
enfrentarse al silencio y la palabra
no sabrá hacerlo
sálvalo, entonces
de la soberbia propia del esclavo
y del deseo
que humilla al amo
salva o devuélvelo,
estéril como ha sido
a los flujos que emanan del Agua de Las Aguas.
Que ya no gire, Señor
-en este cósmico delirio-
alrededor de tí
(de mí)
sobre sí mismo.

24 octubre 2006

Idea fuerza


En la lisura de
dorados muslos
resbala líquido
se apega en
el centro de las palmas
hacia arriba es entrega
abunda como ausencia en los bolsillos
del avaro deseoso
tan pobre, pobre, pobre
en el pecho
será el hondo puñal
ala o temblor
manía soberana
cariátide inmutable
flanco débil y doble
de las puertas del templo
atlante condenado
a soportar el peso de este mundo
sobre una idea
soberbia de los hombres
vislumbrada en el mármol.

23 octubre 2006

Exigencias


Lo bello exige quizá la imitación servil de aquello que es indefinible en las cosas.
Paul Valery

20 octubre 2006

El triunfo de la muerte


Parece ser que Brueghel anduvo por San Vicente.

17 octubre 2006

Distancias


(Sobre una relato de Walter Benjamin acerca del acto de peinarse, en la mañana)


Alisa
alinea o desenreda
su peine antiguo
cede paso al torrente
ese agua dulce
que hizo flotar los sueños
se devora de a uno
los dorados erizos de sus ondas castañas,
los deshace, despacio, entre los dientes
-sus diques afilados de carey-

El hombre mira:
¿soy yo la que se peina delante el espejo?

(los espejos ven todo
pero callan las cosas que el reflejo no abraza)

Cada imagen resuena:
una copa quebrada
sobre la ajena simetría de la alfombra.

El peine nos aleja
de la región del sueño
con meditada astucia,
socava la más densa arquitectura.
Un horror distraído
desencanta los palacios que habitamos
en las noches que crees
que has dormido a mi lado.

13 octubre 2006

Uno y Todos


Tal vez porque sabían que la sangre
es la vida que fluye
la corriente
paralela del tiempo
preferían juzgarla en sus efectos.
No escapaban al diálogo inefable
que señala la vida de los hombres
el intercambio activo con sus dioses
pero es cierto que en las formas de este rito
-el sacrificio-
se distinguen de todo lo que han visto
aquellos que han hurgado
la historia en torno al mundo.

Los Tártaros tenían
un blanco pura sangre
una nube de brío sobre el verde del valle
una intención del cielo inconcebible
que es posible montar
y dejar que te arrastre.

No mataban , soltaban en los campos
un blanco potro
el sacrificio entonces
era el don ofrecido por el hombre
renunciando al poder
a la arrogancia
de ser dueño y señor sobre la bestia.
Curiosa nos resulta ahora esta apuesta
su inversión del valor y del sentido
tráslucida aparece en la niebla pasada
sobre altares sangrientos:
en lugar de matar
liberar un caballo
un corcel intocado e intocable
que en ese acto, libre
será uno sólo y todos
el continuo
ese único caballo en la cinta del tiempo
la idea del posible, el rastro que asegura
los que hubieron y habrán
su galopar que luce la seda de sus crines
y ese viento que lo empuja y que lo agita:
el deseo mortal, transfigurado.

10 octubre 2006

Closed



Duele la luz
te levantas de a poco
buscas
con la fatiga de un sin techo
cuando arrecia la lluvia
una fe que conjure

ese vacío allí donde tuviste
alguna vez la casa

pero el día y la noche
apenas se distinguen por la música
claves, violines
flautas, tambores, trompetas con sordina
preludios rumorosos a un silencio insufrible


la pausa
respiras el espíritu y te vuelves
tiritando, al principio
como si nunca antes
como si no,
no, no, no,
jamás,
de ningún modo.

03 octubre 2006

Hálito


El desliz
la yema de tu índice en el vidrio
escribes borras
sopor y bruma
en el juego de lo opaco y lo brillante
frío calor
dentro y afuera
un otro lado de las cosas, su mitad
lo que a partir del ventanal
se abra o se cierre.
La boca cerca
el nombre
desde un trazo invisible
te dibuja
su relieve es contorno de tu aliento

(un nombre escrito
queda escrito
cuando todo se borra alrededor)

Frotar
con el helado borde de las manos.
No llueve tanto,
es que las lluvias regresan muchas cosas
evanescentes o sutiles:
agua, vapores
reflejos de la luz
brillos, la huella
lo ignorado que es después, reconocido.
Sin intención
dejabas
-hace una larga hora-
de invocarla con signos.
Yace tu dedo inmóvil
no hay señales
sobre el frío cristal.
Estás al fin
-por que hay un fin-
desalentado.

02 octubre 2006

29 septiembre 2006

Traje

Cartier Bresson

Sacarse un traje espléndido mientras la lluvia apenas cae
Zhang Er


Quiero otra vez
la inagotable planicie de tu proximidad
el mapa roto, abandonado
a los pies del tesoro
quiero, (quisiera) además
(¿es que nunca dejaremos de desear?)
las señales antiguas,
esos signos del comienzo
que olvidamos en el viaje
para estar juntos
aquí sentados, viendo
con el mismo placer con que se hojea
un álbum familiar
cada astucia y cada vacilación
el enredo
y la póstuma
libertad de los hilos
en la trama mayor,
perdidos
cruzándose mi vida
con tu vida
mirándonos vivir
desnudos, de tan cerca
como si nos sacáramos
el traje más espléndido
mientras la lluvia
apenas
cae.

Dale, matémoslo

Más reflexiones metablógicas, en unilateral contrapunto,
inspiradas por la involuntaria dupla Hargén-Soler


Cuando nació el cine, muchos decían que no era más que un divertimento para iletrados que no sería nunca capaz de vehiculizar las altas aspiraciones del espíritu. Por suerte, hubo gente que hacía cine que logró dejar de sentir culpa o sentimiento de inferioridad ante las artes "nobles" en las que buscaban razón: la literatura, el teatro, las artes plásticas. Se dieron el lujo de aceptar su herencia de circo y de vodevil, aprendieron lo que les servía aprender y hubo cine.

¿Es productivo dejarse arrastrar por el prestigio malicioso de las artes burguesas? Está claro que el blog no es literatura, por lo menos no en el sentido que conviene al mito del Autor, al concepto de Fama, a la apropiación privada de riqueza social y al negocio de las editoriales y su star system (y eso estaría por verse, contrapruebas no faltan).

Pero, qué tanto: hagamos, si nos va deseo en eso, el blogging más honesto y mejor que seamos capaces.

Y que sean blogs.

Posted by Pablo Sebastián "Catedral de hormigas" (ex Glosa)

Drummond por Vero


Secreto

La poesía es incomunicable.
Quédate enroscado en tu rincón.
No ames.

Oigo decir que hay un tiroteo
al alcance de nuestro cuerpo.
¿Es la revolución? ¿El amor?
No digas nada.

Todo es posible. Sólo yo imposible.
El mar desborda de peces.
Hay hombres que andan sobre el mar
como si andasen por la calle.
No lo cuentes.

Supón que un ángel de fuego
barriese la faz de la tierra
y los hombres sacrificados
pidiesen perdón.
No lo pidas.

Carlos Drummond de Andrade en la traducción de Vero Spoturno (¿Nace una estrella?)
Yo le pongo las fichas por sensibilidad y buenísima disposición hacia Drummond y hacia mí. Gracias, Vero. Un beso.