29 mayo 2006

Grietas



Azul la madrugada
después del cielo negro con destellos
el escote profundo
el pozo del deseo y la esperanza
naufragan azulados
se abren las aguas y el río se estremece
Neptuno y las sirenas
duermen entre sus mantas la pobreza del sueño
viscosa cesta del pescador
que al alba vuelve
su modo de matar y de morir
(tose, se ahoga)
no resiste el paciente
borroneo del agua
otra vez, cae en la cuenta
cuenta los modos terribles en que cae
aquel cuyo destierro precipita
anteriores naufragios
bodegones de puerto llenos de humo:
las putas lo bendicen
santamente
ha venido a indagar entre sus piernas
el misterio del hombre
el profundo agujero de su nada
su nada madre
nadará hacia otras costas
(tose otra vez, falta el aire)
agua es lo tiene una chica cualquiera para darle
su condición fluída
su océano salado
su mar dulce
dormir
soñar en ese aljibe
en algún pozo profundo que retenga
sus horas, a escondidas de la muerte
la fina rajadura de ese cántaro
sus permeables moléculas de arcilla
azulan, desesperan
es rojo sangre entonces,
el color de las aguas
dormir
licuarse en esa orilla
una vez en en la vida
una sola, aunque breve
aunque bramen los sueños y sus mares
aunque boye en el río
el cadáver más puro.
Negro de limo
tiznado de petróleo
el cuenco frágil que se astilla en la corriente.

27 mayo 2006

La voz en off


Poco que decir:
el cuello dolorido
ese malsueño
el silencio
donde hubo ira dolor y desagrado
habrá tal vez espera
deseo de cambiar
cambiar deseos
si pudiera girar tan sólo la cabeza
otro fragmento sería el punto
justo delante de los ojos
el motivo
la vista, el fotograma
alineado en secuencia
todo a partir de un ligero movimiento
ni brusco ni dotado
de demasiadas cosas como suelen
reunir el odio el desamor la estela amarga
del despecho o la rabia que se enquistan
transformados en piedras
que no tropiece ni detenga sus pasos vacilantes
que se deslice así
con la blandura del desdén
el ágil cuello del que nunca necesita
volverse atrás
mirar su huella su obra su pasado fulgor
su presente sin sueño y sin imágenes
de pie sobre la línea que percibe
recta y sutil
y otros no ven y ni siquiera
saben de esto o de lo otro con certeza
no ve no sabe no desea, no lo dice
ni siquiera lo escribe o en un rapto de pena lo confiesa.
Ni falta que hace.

26 mayo 2006

Prometí Vermeer


Blanca
leche que vierte
en el cuenco de barro,
las rosadas mejillas
los ojos y las manos
consistentes
masa del pan
recién horneado
reunido en una cesta
oro y azul
el traje
el paño
la cocina en penumbras,
ella
a solas revelada
su rutina menuda
un haz de luz.

20 mayo 2006

Luc, tune again, please!!!

Cuando vuelvas de España, ¿te fijarías, por favor, qué quilombo hice que se me fueron los links y todo el margen derecho del blog al mismisimo fondo de la página, coño? Help me.

Collage


Yo siento lejanamente esas palabras, las miro desde afuera tenerse penosamente a flote, como viejos navíos huecos con sus largas velas y sus lindas maneras de mecer.


Técnica empleada: Se toman fotografías de una excelente página de artista, se le agrega una porción de un texto recibido por mail, y se produce esta, a mi juicio, feliz reunión.

Doctor Tam



Aquí, el "Botiquín" de Tam. Algo para ayudar a curar el dolor del mundo.

19 mayo 2006

Mandarín



de Tam Muro.

18 mayo 2006

Atrás


Se ve a lo lejos y te atrae
su tenue luz
de farol de papel, iluminando
la trastienda del sí
el oculto desván donde se guardan
el arcón del tesoro y las verguenzas
(cofre del mal, del bien).
Afuera hiela
sobre la hierba blanqueada de los campos
en ciegas multitudes, se figura la nada.
Aún en pie como las torres
que enmarcaron las puertas de la ciudad perdida
(se hundía en las mareas
sus barcos ebrios, sus hombres necios
no fueron más que un puñado de arena en las arenas
de la playa infinita).
Siempre quedan vestigios, -hay señales-
alguien talla unos signos en las piedras,
deja restos de sal,
de ese polvo del oro más antiguo
sobre el desorden triste de las ruinas.
El agua trae,
trafica con lo sólido que lleva,
captura con su astucia
tantos peces sonámbulos
peces
de carne y sangre, anfibios peces
con un baño de plata en sus escamas
vida
en la entraña porosa de la tierra.
Se ve el alma del hombre
a contraluz
como el revés de un tapiz donde se anudan
los diez mil hilos que cruza y entrecruza
alrededor del universo
su dúctil mano de dedos invisibles,
su fuerza sin medida, sin número y sin nombre.

17 mayo 2006

Frutos del bosque

Primero, el regalito de Aydesa.




Hoy, un año de blog.

16 mayo 2006

Da


Toma de todas las cosas
que están aquí sobre la mesa
la más suave
comprueba con la lengua su dulzura
ve su mancha granate sobre el fondo
-madera oscura-
alza
los ojos para ver
la recta línea del descenso
como el humo a trasluz,
la fina trama de la araña tejedora
hace en su palma el nido de la sombra,
percibe su humedad
la fiebre leve
que altera los sentidos cuando toca.
Lo que emana de ella
es un perfume parecido a mirra o sándalo
el translúcido misterio de su fuente
su belleza secreta
huye en las nubes que condensan
en ligeros vahídos
la imprevisible suerte de una lágrima.

15 mayo 2006

Caravana









Camellos claros atraviesan la tormenta
sobre sus lomos,
viajan los hombres, embozados
algo santo en la curva de la espalda
resiste
el empujón brutal que dan los vientos,
sueldan sus cuerpos a los cuerpos de las bestias:
entre unos y otros,
sólo hay un hueco que ocupan con silencio.
A la puesta del sol, coloreada de índigo
la caravana es una cinta
un friso que se extiende a la intemperie
(una fila de hombres, una hilera de peces)
su desliz,
la inquietud que ha escindido de la piedra
cada grano de arena.
Desde la altura que dispensa
tanta oscura humedad,
se desciende de a uno, lentamente.
En los ojos, la mirada no se halla
-ya no busca-
sólo atiende a los trazos donde duda:
no confía en lo real, no es su horizonte
si el espejismo del sentido
da a derecha e izquierda.
Cada línea que te traces puede ser
esa flecha con dos puntas afiladas,
la que acierta en el surco de tu sangre.
Es el desierto de la marcha. Estamos solos,
los reflejos son trampas que a la luz le convienen
su oscura ciencia
en el crucial momento, revelada.
Ay de estos vientos del desahucio,
de tu ardida ceniza
y en el latido de tu pulso
la luna roja,
la visión del escándalo, el eclipse.

Tanta belleza




Estas pequeñas maravillas son ilustraciones de Javier Alcaín para El cantar de los cantares, de Salomón.


13 mayo 2006

Cosas que me encantan




El Beato de Liébana, por ejemplo.

10 mayo 2006

Ruedas por agua



Rueda
círculo áulico
cine
moviola
rueda, encadena
nombres, imágenes
sueña rodar
echa sus sueños sobre un plano.
Mientras desliza tanto sentido
siente que tiene
como las horas
en una esfera de reloj
los sentidos contados
cuenta que puede ser seguido de una mancha
el trazo torpe de esa vida que dibuja,
disuelta en agua.
Rueda
vuelca y se enfrenta
al indecible principio de sus fines
¿cuál era el fin, entonces, en principio?
rueda, reinicia
-en Grecia pudo ser aquel coloso que lanzaba
su disco sobre el mar-
el mar de Rodas
sus ondas claras, ruedas de espuma.
La imagen rueda
rodea, anuda.
En esa tinta azul en la que embebes
cada palabra antes de decirla
(tu pluma-fuente)
cada palabra escrita
en cada casa
en cada caso
en cada canto que ya ha rodado en torno al mundo
giran las vidas,
la rueda kármica.
Quieres saber cómo se llama
-me lo preguntas-
el modo antiguo de pintar
con tinta y agua:
echo la carta que es la rueda
de la fortuna.
La aguada es, te digo entonces
la desleída
mancha que extiende, diluye, ramifica
al amoroso alcance de las lenguas
tus vacilantes pasos sobre el agua.
Rueda la mente:
¿quién imprime, invisible,
mi nombre desde siempre
en la pared lejana de tu casa?
leo que escribes:
"La vida sin amor es la verguenza
la vida, una verguenza..."
Así es la rueda
rodeo y círculo,
fuego que abrasa.

Pero verguenza, corazón
es apropiarse para siempre
del diamante tallado
e impedirle que ruede.
Esconderse a mirarlo
privando al mundo hambriento
de su brillo lujoso
(hay felices hallazgos)
y del milagro eternamente deslumbrante,
cada faceta un mundo
las caras de la luz, lo inesperado.

06 mayo 2006

Pedidos

El nombre de la rosa, de Umberto Hueco (una bibliotecaria)
Barullo y prejuicio (dos jóvenes rubias)
En los alrededores de la Rural - ¿no sabe dónde es que habla Danny Lamas?- (una señora que buscaba al Dalai Lama)

02 mayo 2006

Formas

De los signos al rasgo
el dibujo del mundo
sobre materias blandas
la arcilla de la cara
modelada
días de amor de odio
el trazo del hastío
la inocencia
un brillo de ojos claros
una melena
su ópalo oscuro
impredecible
veo el trayecto del soplo primitivo
la ruta de la lluvia
arcilla
barro difuso
suelo
soporte del augurio y la amenaza
en ellos
el corazón idéntico
en todos ellos
un rumor
de nana y salmo
la fugaz condición
de lo que es siempre
asomando en el brevísimo
ademán de los dedos
o en el marcado rictus de los labios
como un fulgor de fuego de entrecasa
el pan que cruje,
cierta dulzura.