31 julio 2005
30 julio 2005
Mona Lisa
El traza esa sonrisa
-su opaca epifanía entreabre las dudas-
los ojos impasibles contienen el tumulto
como el cauce cerrado de los ríos
deriva en la promesa de un agua cristalina.
Su pulso intermitente es temblor de alas rotas
que deshacen la escarcha del pincel, de los dedos.
Con lascivia de ángeles que han rozado la tierra
él cava ese destello, la funde sobre el lienzo
es el humo distante, el abrazo del aire,
apenas insinuada en volutas oscuras.
Su mirada difiere de todas las miradas
desde luego, el deseo, respira si se aplaza.
Ver. Amar. La forma permanente es forma inacabada
y aunque sople con furia el viento en cada grieta,
los lacres del olvido no sellan, todavía.
A quién le pertenece, de quién
es un retrato.
(De Pinturas Ciegas)
Caprichos del arte. Y del artista.
"La pintura (como la poesía) elige en lo universal lo que juzga más propio para sus fines; reúne en un solo personaje fantástico las circunstancias y los caracteres que la naturaleza presenta repartidos en diversos sujetos y, de esta combinación ingeniosamente dispuesta resulta una imitación feliz, gracias a la cual el artista adquiere, por un buen artificio, el título de inventor y no de copista servil".
(Del prólogo a "Los caprichos" de Goya, en la edición de 1797)
29 julio 2005
Lo dijo Kurt
Millonario de amor y sin un peso
26 julio 2005
Anatomía
Hiende el filo de la hoja en carne helada
tumefacta masa gris que se ha inclinado
al designio paciente de la muerte,
esa obra perfecta que frena y retrograda la materia
ese soplo invertido al que todas las formas se someten.
Hunde y separa la carne ante sus ojos
deslumbrado por brillos, humedades.
La palidez cerosa de las vísceras
la trama rígida de músculos y venas
se derrama sobre el mármol de la mesa
y los humores fluyen, con aroma de peste.
Absoluta quietud, indiferencia
que el cabello y las uñas desafían
con su necia existencia separada.
La precisión del escalpelo aún se inquieta
ante los vientres huecos de las vírgenes
la indignidad del sexo de los viejos
o el páramo del ojo, cuando huye la mirada.
Leonardo toma notas, comprueba, clasifica
dibuja, imita, observa
la solidez del hueso, la perfecta mecánica
del curso de la sangre.
En los confines de la sombra siempre ha visto
mezclada, una porción de luz.
La belleza refracta, sobre un paño clarísimo
su verdad más oscura.
(De Pinturas ciegas)
25 julio 2005
El balcón
Parecía fácil juego
cambiar en nada el espacio
que se me abría, en un tedio
incierto tu cierto fuego.
Ahora añadí a ese vacío
los tardos motivos míos;
sobre la ardua nada despunta
el ansia de esperarte vivo.
La vida que da vislumbres
tan sólo tú la percibes.
A ella te asomas desde esta
ventana que no se alumbra.
EUGENIO MONTALE
Las muchachas de la Banda (Oriental)
Son muchas, juntas componen una tradición uruguaya, la de sus poetas, sus mujeres poetas.
Idea Vilariño es una de ellas. Sé que este poema, muy difundido, recibe algunas críticas, no del todo infundadas. Suena viejo, incluso admitiría que alguna de sus líneas, puede parecer cursi, puede ser cursi. Pero cuando llega el remate, no sé si he leído una definición más atroz de la separación que la que ella nos da, como agua va, como si nada. Una verdadera idea poética, una revelación.
YA NO
Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
porqué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiate
ni quién fui para tí
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.
24 julio 2005
Poema
23 julio 2005
Herméticas (las heavy)
Sangraría por la herida. Pero la sangre de pato no afluye a herida alguna, no las reconoce.
Narciso, asomado a las aguas, se embelesa. Se diluye en sus reflejos, se ahoga.
Triste náufrago de sí.
Narciso, asomado a las aguas, se embelesa. Se diluye en sus reflejos, se ahoga.
Triste náufrago de sí.
Por ahora...
22 julio 2005
21 julio 2005
Cruzar la barrera
Lo peor del error es, desde luego, lo que desata, sus consecuencias. La mortificación que resulta de contemplar las astillas en el suelo. Acabás de romper algo valioso y no atinás, no ves en lo próximo, en lo que te rodea, en el momento presente, la posibilidad de repararlo.
Me dicen que reconocerlo es, al menos, un primer paso,una señal de alerta que impide el agravamiento de las cosas. Sí. Pero el error te cobra y no es posible sustraerse a su ley.
Acá estoy, haciendo la fila, todavía muy lejos de la ventanilla, con la cabeza gacha, dolida de seguir disfrazando de buenas intenciones mis demandas irracionales, intempestivas y egoístas. Todavía no temo lo suficiente mi compulsión al exceso, aunque crea que actuar temerariamente no suprime el temor, apenas si lo pospone. Y retrasar algo, es aumentar sus efectos.
Si no estuviera tan desprestigiada, debería usar una palabra: perdón.
Perdón.
Me dicen que reconocerlo es, al menos, un primer paso,una señal de alerta que impide el agravamiento de las cosas. Sí. Pero el error te cobra y no es posible sustraerse a su ley.
Acá estoy, haciendo la fila, todavía muy lejos de la ventanilla, con la cabeza gacha, dolida de seguir disfrazando de buenas intenciones mis demandas irracionales, intempestivas y egoístas. Todavía no temo lo suficiente mi compulsión al exceso, aunque crea que actuar temerariamente no suprime el temor, apenas si lo pospone. Y retrasar algo, es aumentar sus efectos.
Si no estuviera tan desprestigiada, debería usar una palabra: perdón.
Perdón.
Ladrones
20 julio 2005
Amigos
19 julio 2005
Escribo tu nombre
Todo el que escribe tiene un enorme trabajo: encontrar las palabras.
En poesía, sobre todo, en la síntesis que la poesía implica, quien trabaja mejor es
quien encuentra en una menor extensión, la palabra más justa.
Porque la palabra justa es la que nombra. Es justa sólo si es que nombra.
Escribir con acierto es volver a nombrar.
Por primera vez.
Y a mí déjenme de joder con el estilo, la estructura, y todas esas boludeces atómicas.
The End
Es todo, el cielo está plagado de nubes tan oscuras
del color del acero. Se filtra en las ventanas
una luz imperiosa que es débil y es la última.
Estás en la tormenta. Has visto ya los rayos
partiendo el horizonte, borrosos desperdicios
movidos por el viento, en remolinos
te silban al oído. Vuelan restos de algo
que has visto, o has rozado
pero, es todo. Ya ha sido lo posible
lo real ha pasado como un sueño tan denso
que tus ojos se niegan a abrirse, todavía.
Parece que las cosas llevaran sobreimpresa
una sola palabra:
Fin
Y vos en esa sala de infinitas butacas
ese cine desierto de un pueblo de provincia
sin hechos destacados ni habitantes notables
sin próceres, sin mártires, sin futuro.
Tu vida es la llanura que se extiende hasta el límite de una mirada miope.
Y sin embargo, es todo.
18 julio 2005
La lluvia
La lluvia cae por las celdillas del aire oscurecido
donde la roza el sol, se ilumina
pero bebe unos sorbos de la sombra que enfrenta
traslada a otras moradas sus reflejos
quita luz a la tierra. La tierra se ennegrece
y muestra su substancia más profunda.
Detrás de la lluvia
apenas intuímos fundidos claroscuros
como lo hacen las lágrimas, confunde los paisajes
con sus hilos delgados e inconstantes
todo arrastra, deshace. Persevera
hasta hacer insensible la visión de las cosas.
Borra el antes, impide
predecir lo cercano.
Los vientos que la orientan son azules y densos.
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(De Pinturas ciegas)
donde la roza el sol, se ilumina
pero bebe unos sorbos de la sombra que enfrenta
traslada a otras moradas sus reflejos
quita luz a la tierra. La tierra se ennegrece
y muestra su substancia más profunda.
Detrás de la lluvia
apenas intuímos fundidos claroscuros
como lo hacen las lágrimas, confunde los paisajes
con sus hilos delgados e inconstantes
todo arrastra, deshace. Persevera
hasta hacer insensible la visión de las cosas.
Borra el antes, impide
predecir lo cercano.
Los vientos que la orientan son azules y densos.
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(De Pinturas ciegas)
17 julio 2005
16 julio 2005
15 julio 2005
14 julio 2005
13 julio 2005
No quiero, no me gusta
Me pregunto qué sentido tendría escribir este blog, publicar lo que ya escribí, poner algo personal a circular por ahí, lanzar esta botella al mar, si no tuviera respuestas, opiniones, mensajes de otros. No me gustan los blogs sin comentarios, no voy a linkear a ninguno que no los admita, aunque me gusten, o tal vez por eso mismo.¿Hay algo peor que no poder decir que te gusta lo que te gusta?
10 julio 2005
Decir
Navegantes
Usted elige: el Titanic o el arca de Noé. El servicio es distinto, el destino también. Y siempre el agua, el agua, el agua.
05 julio 2005
El sueño de la razón
Si abrieras, desde el corazón, tus párpados profundos
ya verías los signos, las grietas en el suelo
donde acabarán hundiéndose
-con el peso aumentado de su impostura-
pueblos necios del norte.
Si pusieras sobre el mundo tus ojos verdaderos
verías, en bosques saturados de resina
cómo los apetitos del fuego
obnubilan el aire de cenizas grisáceas
(la luz descubre sombras a su paso)
o los hombres hambrientos que tiritan
a orillas de los mares congelados
mientras olas de pulida espuma
acechan sus espaldas
(el retorno del agua los destierra)
Si fijaras en ellas tus pupilas más puras
sabrías de esas niñas que temen los fantasmas
mientras miles de demonios familiares
saquean o demuelen sus infancias.
Sabrías qué cadenas malignas se entrelazan
en secuencias de azares aparentes,
cuántos cuerpos deambulan, ya del todo vacíos
por las calles centrales del lujo y la impudicia
o aún por los suburbios excesivos de nada.
Si de verdad miraras, apartado,
desandando tus pasos hasta el portal primero
donde asomaste al mundo
verías que los sueños de la razón engendran
los más horribles monstruos
y ocupan los caminos
y oscurecen los rastros.
ya verías los signos, las grietas en el suelo
donde acabarán hundiéndose
-con el peso aumentado de su impostura-
pueblos necios del norte.
Si pusieras sobre el mundo tus ojos verdaderos
verías, en bosques saturados de resina
cómo los apetitos del fuego
obnubilan el aire de cenizas grisáceas
(la luz descubre sombras a su paso)
o los hombres hambrientos que tiritan
a orillas de los mares congelados
mientras olas de pulida espuma
acechan sus espaldas
(el retorno del agua los destierra)
Si fijaras en ellas tus pupilas más puras
sabrías de esas niñas que temen los fantasmas
mientras miles de demonios familiares
saquean o demuelen sus infancias.
Sabrías qué cadenas malignas se entrelazan
en secuencias de azares aparentes,
cuántos cuerpos deambulan, ya del todo vacíos
por las calles centrales del lujo y la impudicia
o aún por los suburbios excesivos de nada.
Si de verdad miraras, apartado,
desandando tus pasos hasta el portal primero
donde asomaste al mundo
verías que los sueños de la razón engendran
los más horribles monstruos
y ocupan los caminos
y oscurecen los rastros.
04 julio 2005
El test de Pavese
En una de sus siempre lúcidas y significativas novelas, Césare Pavese dice "sólo quien te ama de verdad, puede soportar tus relatos de infancia". Creo que es así, si pienso un poco, sólo cuando amé a alguien necesité imaginarme y comprender cómo había sido ese niño: su cara, su voz, su espíritu en formación, o antes de la deformación, mejor dicho. Y si no era así, es porque no amaba.
Sólo quiere saber de dónde venís, el que desea caminar con vos, porque los dos, entonces, empezarán a caminar juntos. ¿Será por eso que las parejas siempre se preguntan adónde ir? Me parece que "adónde ir" es la pregunta clave que se le puede hacer a la pareja, su cuestión intrínseca, su enigma.
Sólo quiere saber de dónde venís, el que desea caminar con vos, porque los dos, entonces, empezarán a caminar juntos. ¿Será por eso que las parejas siempre se preguntan adónde ir? Me parece que "adónde ir" es la pregunta clave que se le puede hacer a la pareja, su cuestión intrínseca, su enigma.
02 julio 2005
Lluvia ácida
Tardes pringosas de una estación equivocada. Veredas sucias, revuelo de papeles, marcas de barro en los umbrales lustrosos de humedad. La ventana sucia del bar por donde desfila el mísero universo de esta tarde de sábado. Caras de ojos vacíos, familias enteras de caras en blanco (igualito al padre). Todo es como una escena de Blade Runner, sobre todo por la profusión -que parece ir en aumento- de replicantes. ¿Sueñan los androides?
Sus ojos siempre puros
Días de lentitud, dias de lluvia,
Días de espejos rotos y de agujas perdidas,
Días de párpados cerrados en el horizonte de los mares,
De horas todas iguales, días de cautiverio.
Mi espíritu que brillaba aún sobre las hojas
Y las flores, mi espíritu está desnudo como el amor,
La aurora que él olvida le hace inclinar la cabeza
Y contemplar su cuerpo obediente y vano.
Sin embargo, yo he visto los más bellos ojos del mundo,
Dioses de plata sosteniendo zafiros en sus manos,
Verdaderos dioses, pájaros en la tierra
Y en el agua, los he visto.
Sus alas son las mías, nada existe,
Sólo su vuelo que sacude mi miseria,
Su vuelo de estrella y de luz,
Río, llano, roca, su vuelo,
Las olas claras de sus alas,
Mi pensamiento alzado por la vida y la muerte.
Paul Eluard.
Días de espejos rotos y de agujas perdidas,
Días de párpados cerrados en el horizonte de los mares,
De horas todas iguales, días de cautiverio.
Mi espíritu que brillaba aún sobre las hojas
Y las flores, mi espíritu está desnudo como el amor,
La aurora que él olvida le hace inclinar la cabeza
Y contemplar su cuerpo obediente y vano.
Sin embargo, yo he visto los más bellos ojos del mundo,
Dioses de plata sosteniendo zafiros en sus manos,
Verdaderos dioses, pájaros en la tierra
Y en el agua, los he visto.
Sus alas son las mías, nada existe,
Sólo su vuelo que sacude mi miseria,
Su vuelo de estrella y de luz,
Río, llano, roca, su vuelo,
Las olas claras de sus alas,
Mi pensamiento alzado por la vida y la muerte.
Paul Eluard.
01 julio 2005
Viejos son los dibujos
¿Saben qué? Ayer, después de haber escrito este post, se me apareció en mi biblioteca, (de pronto, como si él me buscara a mí) el libro "Proust y los signos" de Deleuze. Si lo hubiese releído antes, no habría escrito nada. Después de lo que escribió Gilles, no creo que se pueda agregar nada sobre Proust. Además, es uno de los ensayos literarios más claros y más bellos que he leído. Si pueden, léanlo.
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