10 mayo 2006
Ruedas por agua
Rueda
círculo áulico
cine
moviola
rueda, encadena
nombres, imágenes
sueña rodar
echa sus sueños sobre un plano.
Mientras desliza tanto sentido
siente que tiene
como las horas
en una esfera de reloj
los sentidos contados
cuenta que puede ser seguido de una mancha
el trazo torpe de esa vida que dibuja,
disuelta en agua.
Rueda
vuelca y se enfrenta
al indecible principio de sus fines
¿cuál era el fin, entonces, en principio?
rueda, reinicia
-en Grecia pudo ser aquel coloso que lanzaba
su disco sobre el mar-
el mar de Rodas
sus ondas claras, ruedas de espuma.
La imagen rueda
rodea, anuda.
En esa tinta azul en la que embebes
cada palabra antes de decirla
(tu pluma-fuente)
cada palabra escrita
en cada casa
en cada caso
en cada canto que ya ha rodado en torno al mundo
giran las vidas,
la rueda kármica.
Quieres saber cómo se llama
-me lo preguntas-
el modo antiguo de pintar
con tinta y agua:
echo la carta que es la rueda
de la fortuna.
La aguada es, te digo entonces
la desleída
mancha que extiende, diluye, ramifica
al amoroso alcance de las lenguas
tus vacilantes pasos sobre el agua.
Rueda la mente:
¿quién imprime, invisible,
mi nombre desde siempre
en la pared lejana de tu casa?
leo que escribes:
"La vida sin amor es la verguenza
la vida, una verguenza..."
Así es la rueda
rodeo y círculo,
fuego que abrasa.
Pero verguenza, corazón
es apropiarse para siempre
del diamante tallado
e impedirle que ruede.
Esconderse a mirarlo
privando al mundo hambriento
de su brillo lujoso
(hay felices hallazgos)
y del milagro eternamente deslumbrante,
cada faceta un mundo
las caras de la luz, lo inesperado.
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5 comentarios:
Si realmente fuera posible apoderarse para siempre del diamante, entonces su deslumbrar pulverizaria los ojos en un instante, y a si mismo para siempre;
(pero habra otros, siempre hay otros).
Lo sublime -si pudieramos aceptarlo- habria de ser su busqueda: la nuestra por el diamante, la de el, rodando, por nosotros.
verguenza es robar y no llevar nada a la casa,dicen los antiguos
el verdadero de Almagro
¿Qué podría agregar?
cada vez que tu cabeza piensa es una carta bella que aparece debajo de mi puerta, y tal vez te aburra recibir en contrapartida un sobre recurrente que dice "más bello aún".
Esos sellos postales son una colección de impresiones indelebles.
Para nada, Aydesa, nadie puede aburrirse de recibir, al contrario. Tus cartas son muy bellas también y no están marcadas, no son las del tahúr, son las cartas, los símbolos, que utiliza para imaginar y dar, la sincera vidente. Gracias de nuevo, por lo nuevo.
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