31 diciembre 2005

Eso que hacen los monos

Desde mayo, escribo este blog. Fue y es una experiencia importantísima para mí. Me ha hecho escribir con una continuidad que nunca tuve, cambiar la forma de escribir, conectarme con otros, leer a otros. Me fascina este medio, veo el blog como una serie multiplicadora de contactos, como un tejido incesante de relaciones y nexos entre personas, palabras, ideas, imágenes, concepciones del mundo. Es justo decir que quien me señaló el blog como posibilidad (a mí y a muchos otros) fue Guillermo Piro, a quien conozco desde hace muchos años y más de una vez me ha señalado cosas y ha sido siempre generoso y afectuoso conmigo. Gracias, Piro.
Por intermedio del blog conocí también a Luc, que le puso orden y concierto a la piel del bosque y me regaló su tiempo y su buena onda en todo lo que hizo. Gracias, Luc.
La sorprendente cadena de causas eslabonadas que es el mundo, me trajo también a Damaris, que también me ayudó a resolver algunos desperfectos iniciales (mi total ineptitud cibernética)Gracias, Damaris.
Con Genovese establecí una relación que parece antiquísima y nunca nos vimos las caras. Cada vez que no sé cómo arreglar algo, me ayuda con absoluta naturalidad y cariño. Gracias, Omar.
A Mónica la conozco y es mi amiga, el blog nos permite relacionarnos de otro modo y acortar las distancias (ella vive en Barcelona, yo acá)y por primera vez nos leemos, pantalla de por medio. Gracias, Moni.
Y también gracias a Magoo, a Daniela, al Chino, a Silvia,a Paula, a Tizoc,a Nielsen, a Bardamu, al Explorador 54, a Jorge Alberdi, a Oliverio y a todos los que entran y dejan sus comentarios. Quedan muchos links por agregar a mi lista, prometo hacerlo el año que viene, hay muchos buenos blogs que voy descubriendo y quiero tener aquí. Nada, eso:
gracias.

P.D. Y no olviden que mañana es mi cumpleaños, digo, si quieren que les siga agradeciendo.

29 diciembre 2005

Mito del zaguán, la calle oscura.



Alguien me habla y menciona
los umbrales
cada cosa
empieza en algún punto
tiene una puerta
será el orden o el caos
huevo o gallina
pero hay un día
un momento en el día
una fracción brevísima
o incontable del tiempo
donde algo se inicia
algo entra en la serie
después, deriva.
A la deriva de algo
a su recuerdo impreciso
como es incierta
la memoria
del tacto o del perfume
tanto más si se trata de los cuerpos
(tanto naufragio habemos
a esta altura)
que derivan y devienen
(oh, mar del tiempo)
charco de lluvia breve u
oceánico capricho
a esa deriva que deviene
como cae y se desliza
el deseo
en pulsiones pequeñas
latidos sordos
a ese velero que se pierde
en un crepúsculo incesante
-la noche viene-
no podemos dejarlo en el umbral.
A los umbrales
no estaría mal oponerles los zaguanes
teoría y práctica
donde las manos ciegas
los rastros púrpura
del arrebato contenido,
los cierres
lo que se abre
aquello que abrillanta la saliva
la cercanía amenazante de los otros
la propensión a la promesa
y al secreto
como todas las calles
arboladas y oscuras
los paredones ocultos
de las fábricas,
las noches de verano
-estoy pensando, por ejemplo
en aquella metalúrgica de la calle Fraga-
estoy pensando en algo
que ha derivado
en el tiempo y en mí
y ahora es
el arquetipo de lo bello
el mito
aquello que sucede
por vez primera
sucede para siempre,
siempre deriva
deviene
viene.
Oh, mar del tiempo
cuántos naufragios.

28 diciembre 2005

Abrigos


En la densa madeja
también se afina el hilo
alguien tira
(no afloja)
de la punta visible
alguien presta sus manos
carretel de muñecas
sus palmas
trama que se hila
o deshila
enrosca
enlaza
teje
se teje
arma una malla
con espacios pequeños
de vacío
de aire en medio
lazos y nudos
para abrigar lo que se ama
conjuro
contra el frío del invierno despiadado
magia
ilusión de varieté
seguramente inútil
como una carta
o una promesa entre las copas,
cristal del brindis.
Viste
lo que ama desnudo
lo que bello desea,
lo resguarda
en íntimos discursos
-calor de lana-
caprichoso diseño :
tan nítida es tu marca.

25 diciembre 2005

Eso


Pregunto: ¿Qué pasó? ¿Cómo llegamos hasta aquí?
Responde: Hubo un reconocimiento irreversible.

24 diciembre 2005

No es posible que al fin el milagro no estalle


Hoy quiero pensar la Navidad como celebración de un nacimiento, como anuncio, como reunión de magos a los que les fue revelado algo que implicaba ponerse en marcha, seguir las señales de la estrella, presenciar un milagro.
Mi amiga del alma, mi hermana y mi contracara, mi alter ego (o más bien mi superyó rubio e implacable) acaba de adoptar un hermoso bebé, su primer hijo. Hoy están en el centro de la escena del corazón de sus muchos amigos: Betty, Javier y Jerónimo. Suenen las campanas.
Lo que vibra en el mismo tono, va reuniéndose. Desde lo invisible, llegan señales etéreas que nos hacen andar. Pienso en la noche estrellada. Sí, hoy confío en la posibilidad del milagro. Espero. Esperamos. Las campanas alejan el mal. Los milagros ocurren. Feliz navidad.

23 diciembre 2005

Fragmento


Cada vez
que se mira mirar
vuelve el espejo
representando lo que el mundo representa
-su engañoso teatro-
Todo crece al final
hacia lo alto,
dulcemente
como se elevan las promesas en las bodas
o se recita una última oración
en el umbral de la memoria de los vivos
por el alma que viaja.

21 diciembre 2005

Epoca de podas


Hoy
encontrás algo obsceno
algo fuera de lugar
en la fotografía
la imagen se imprime
oprimiéndote
el fondo de los ojos
algo que debe estar cerca del pecho
o en los alrededores
de la garganta que se cierra
contracción
involuntario retraerse
músculos del éter
tensos, distendidos
sin razón
sólo un estímulo
un rápido puñal
la posibilidad idéntica
de rasguño o de muerte
en cada instante
la imprevisible acción
la expectativa
tiñe y destiñe todo
descolorida realidad
hilacha de los años
apegada a algún muro
crece
enredándose
cruce del sí
en sí
así
se ahoga.
El jardinero
(su mano verde)
conoce la respuesta
observa
atina siempre
corta lo seco
alimenta con agua
no siempre cristalina
lo que queda
-terminarás debiéndole la vida-.
Te lo advirtió:
vale la pena.

19 diciembre 2005

Don del agua


Desgarrar el papel
de seda
desatar
ese lazo rosado que anuda
la caja,
el regalo. Los dones:
la sorpresa
de quien regala
(o de quien da)
desciende en cada hora
de húmedos versos
el agua que yo bebo
en la siesta más tórrida del trópico
al pie del árbol
aquél de las manzanas
doradas y futuras. Prometidas.
Oyendo el mar
ese que ves
(¿oyes ahora?)
viendo llover. Sí,
no para de llover en estos trópicos.
Tengo un cuenco traslúcido
donde recojo el agua de las lluvias
y algo del don
del mar,
-habrá barcos hundidos
ocultos cofres
llenos de perlas
ese collar que traes
viene del fondo-
De un sólo trago
devoto y majestuoso,
así te bebo.
El satinado brillo
de las perlas
recibe entonces
lo que tenemos:
este lazo presente
es de agua pura.
Caracol al oído,
una forma posible
de oir el mar.

15 diciembre 2005

Deslices


Como si apenas no pasara
como si el tiempo
encerrado en cristal
arena pura
se deslizara lento
grano por grano
y bastara invertir
el bello objeto
sobre la mesa
para volver a vivir sus recorridos
como si hiciera falta
una palabra más
para evitar
la consecuencia atroz
de la que dijo
lo que dijo
en ese cruce
en la lenta caída
ese sedoso deslizarse
de lo áspero
por la cintura de cristal
del relojito
antiguo o inmortal
cristal y arena
madera
arena cristalina
sobre la mesa del desorden
los papeles
el titilar de la pantalla
imágenes y
el tiempo sobre ellas
sobre tu imagen
sobre el paso del tiempo
acerca de los días
que dibujan los rasgos de mi cara
y no ves
y no veo
más que el camino descendente
dorado
grano por grano
atrapado en el cristal
puliendo acaso
la espera
la palabra que caiga
por la estrecha cintura
del antiguo reloj
en tiempo justo.

Raíz


Las palabras
a veces
tienden puentes
verdor
de lo perdido para siempre
sombra del árbol de tu estirpe
te escucho
en el íntimo rincón
donde me hablas
todavía
cada vez que intento
como hoy
decirte.
Es tan grande mi amor
que sin quererlo te regresa
inocente y feliz
como te vi mientras crecía
mi padre,
el niño más hermoso.

12 diciembre 2005

Still alive


Aún cuando el liviano
aire de esta mañana
el pleno sol
el verde
deslicen su caricia
su luminosa ofrenda.
A pesar de los sueños
-el sorpresivo encuentro-
la vigilia bebida
los sorbos del cansancio
la ilusión de futuro
el trago último.
Reducida
cada cosa a su mínimo exponente
queda ese resto
ese pequeño brote
empeñado en crecer
floreciéndose solo
buena hierba
dolor ciego
vida que empuja.
Soltar la mano
y sin embargo
ahí, acá
latiendo
el insistente amor,
su prepotencia.

09 diciembre 2005

Hay que ver


Con la última bocanada
de humo rubio de noche
que termina
en los bares como
a menudo en tu vida
todo empieza
con los ojos heridos
la resaca
de palabras de temas
opiniones teorías
confesiones a medias
escondiendo
ese fondo que duele
que se instala
como una línea dura de la boca
un alejar el pecho de la mesa
esa estocada de la pregunta inconveniente
la evocación de aquello
que amparado por nieblas
por velos de palabras
por excusas
duerme su sueño injusto
su desvelo presente
piedra de un árido desierto
de caras fragmentadas
algo que revela
ese gesto hacia un lado
de los labios besados
bajo tantas especies
ese humo del sexo
en cuarto oscuro
exilado, en los bordes
apartado de aquello
que se puede mirar
al mediodía
sin mesa familiar
sin amigos ni cines
recluído en los bares
los hoteles de paso
de paso
vivís tu vida
y hay que ver cómo ocurre
ese milagro
de ser quien se rebela
y quien se acepta
con tan poco en las manos,
con tan poco a esta altura,
casi nada. Todavía.

08 diciembre 2005

Big John

La mitad de lo que digo no tiene sentido
pero lo digo sólo para llegar a tí.
(Julia)

07 diciembre 2005

Consigna


Muerte a los mortales.

05 diciembre 2005

Fue


No hay razones
que expliquen
porqué regresa ahora
y no ayer
o hace un año
ni siquiera hay noción
de retardado efecto
eco
conciencia repentina
no responde
a lo que invoco
no lo evoco
y entonces
-porque fue entonces-
en ese tramo
ese pasillo
ese tubo del tiempo
ese pasaje oscuro
esa calle escondida
su ciudad extranjera
sus sonidos ajenos
su descompuesta vibración
no late
no latía
sólo memoria
anárquica
imprecisa
memoria sin sentido
sin remedio, sin mí
sólo memoria
preguntará, como antes
acerca de lo que ignora
(quiere ignorarlo todo)
y yo, ahora
no sé.
Ahora, no sé nada.
De verdad, no lamento
no lo lamento en absoluto.
Sé (porque de eso me acuerdo)
que alguna vez dolió:
pero está lejos.

03 diciembre 2005

Viene


Aceptas
la brisa sobre el cuerpo
cae la lluvia ahora
deja
la humedad de las ropas
siente
lo que en la piel
el reciente calor dilataba
ahora el frío eriza,
tus pies siguen un rastro
más allá del perpetuo movimiento
un señalado rumbo
el dedo
ese dedo que ves o me atribuyes
(insensato)
o imaginas
en la decapitada Nefertiti
que en Berlín te arrasó.
Apenas sugerente
más allá de lo cálido
lo helado
sólo una línea fina
evanescente casi
un dibujo
que desaparece
al compás del camino de tus ojos
atribulados, bárbaros
como todo en los hombres,
si aún en este cielo.
Dones:
lo demasiado hermoso
muere
cada vez
que intentes contemplarlo.
En el ser de los leños
a medida que enciendes.
La ceniza,
el destino
como la lluvia ahora
precipita.
No obres,
ahora es esta espera.
Como la lluvia
sabes.
¿Siente tu espíritu
el rumor?
Hacia tu boca oscurecida
lenta al principio
cuidadosa
se dirige
radiante
la palabra.

29 noviembre 2005

Observando el desarrollo de algunos acontecimientos


que intentan afirmarse hacia la hondura. Sinuosas formas, inspiradas en la sed.

28 noviembre 2005

Entonces


En la esquina, las vías
los canteros al pie
de cada árbol.
Las medianeras
las rejas
plagadas de jazmines,
tanto Virrey
que no es posible recordarlos
sin confundir.
El tren
el tren
tan cerca como pueda
(me gusta tanto)
sentir su vibración
verlo pasar
la placita de Moldes
la de los varios besos
en la sombra.
Las calles huelen
recién cuando la noche.
No hay otro modo para mí
la oscuridad nunca
tendrá otro aroma
que el que resulte
de la fina mixtura
de tu boca y la sombra,
y el sonido del tren
su latido
en el hilo pendiente
de saliva
de dos,
así.

Villa del parque



















Había allí un jardín
las únicas flores eran calas
recuerdo blanco y verde
con manchas de amarillo.
El patio
las baldosas mojadas
cuando apenas la lluvia.
Fuera, la galería
las voces
la cocina que humeaba
en pequeñas ventanas
cerradas al invierno.
Un rumor en verano
desde el fondo
-con césped-
las manos jóvenes
del prolijo doblez
la ropa limpia.
El olor de la cera
sábado
de mañana.
Su voz
cuando cantaba.

26 noviembre 2005

Po-ética





















La sorprendente realidad de las cosas
es mi descubrimiento de cada día.
Cada cosa es lo que es,
y cuesta explicarle a alguien cuánto me alegra esto,
y cuánto me alcanza.


Basta existir para serse completo.

He escrito bastantes poemas.
He de escribir muchos más, naturalmente.
Cada poema mío dice esto,
y todos mis poemas son diferentes,
porque cada cosa que hay es una forma de decir esto.

...

No sé qué pensarán los demás leyendo esto;
pero creo que estará bien porque lo pienso sin esfuerzo,
ni idea de otros que me oigan pensar;
porque lo pìenso sin pensamientos,
porque lo digo como lo dicen mis palabras.

Una vez me llamaron poeta materialista,
y yo me admiré, porque no creía
que se me pudiese llamar algo.
Yo ni siquiera soy poeta: veo.
Si lo que escribo tiene algún valor, no soy yo quien lo tiene:
el valor está allí, en mis versos.
Todo esto es absolutamente independiente de mi voluntad.

Fernando Pessoa (Poemas inconjuntos)

25 noviembre 2005

Ananke


Cerrar los ojos
descansar
del torbellino de una voz
motor en marcha
dejarse acariciar
con la indolencia
de quien conoce su después
su fin del éxtasis
su irremediable ya pasó
si para bien
si para mal
si para qué
sí pero no
(mujer al fin)
asida al tiempo
necesaria
inevitable
enlaza y crea
separando.
Cada cual
según su especie,
cada cual
sigue a su especie.

22 noviembre 2005

Orden del día


Cartas
ajadas por la mano sudorosa.
La lágrima oportuna
vuelve mancha
una palabra decisiva
en vilo
en vela
ve las cartas como piezas
las ordena
sobre el desorden solitario de las mantas
que no tiende ni arruga más amor.
Todo es lejano
hoy
todo al fin es lejano
esta mañana se parece a una de ayer
pero entonces
no habría este dolor
de papel ordenado
con manchas de otro amor
con palabras confusas
no sería posible
en vela
en vilo
derramarse al vacío
abierto entre los dedos
los dedos ciegos que modelan en la sombra
del cuarto del hotel
esas formas que son
hoy por hoy
lo perdido.

Despedida (tango)


Patios de la infancia aromados de malvón
calles que se entibian a la luna
sombras que se funden en un turbio corredor
y ella, que empezaba a ser ninguna,
¿Cómo pudo ser, si no tenía corazón,
si no era pájaro de alturas?
¿Dónde estaba su alma que no oía mi rumor?
De su esquina, voy a la amargura.
Nunca duele un sueño si llegó hasta el fin
el café del barrio guardó la despedida.
En la bruma de esas mesas
encontré sus manos frías
revolviendo en un pocillo lo que fui,
como acariciando
la soledad.
Barrio suburbano con la música de un tren
tonta calesita detenida
flores azuladas en los bordes del andén,
siempre hay más adiós que bienvenidas.
Trampa del ensueño fue su joven desamor
límite del cielo, su partida
el olvido llega
-es mi última ilusión-
curará con sal estas heridas.

Música de Claudio Brocco (el Toto)

18 noviembre 2005

Variaciones sobre un mismo tema



Sin rastros



"La fosa practicada en este bosque será cavada por el granjero de la Malmaison, bajo la inspección de Monsieur Le Normand, que no abandonará mi cuerpo hasta después de haberlo colocado en la susodicha fosa: si quiere, podrá hacerle acompañar en esta ceremonia por aquellos de mis parientes y amigos que, sin ninguna especie de aparato, hayan querido darme esta última muestra de afecto. Una vez recubierta la fosa, será sembrada de bellotas a fin de que el terreno y el soto vuelvan a encontrarse tupidos como eran antes y las huellas de mi tumba desaparezcan de la superficie de la tierra, como espero que se borre mi memoria de la mente de los hombres, excepto un pequeño número de los que han querido amarme hasta el último momento y de los cuales me llevo a la tumba un recuerdo muy dulce"...

(Testamento de Sade)

Epitafio



Disculpen que no me levante.

16 noviembre 2005

Videncia


No es grato ver
la luz cuando todo lo devora.
La sombra ampara, siempre
pero este sol inevitable
este absoluto mediodía
rompe todo lo que crea
la simulada eternidad bajo la luna.
Nadie querría, de verdad, la verdad
¿quién de nosotros se atreve a soportarla?
Hoy es un día
con inmensas ganas de restarse,
de sustraerse por asalto al almanaque
de vaciar el universo,
esta cámara de horrores,
este quieto teatro
de todo el que pudiera acercarse hasta la sala.
(sin duda por error involuntario)
La muerte causa a veces
curiosidad, como un deseo
el ímpetu de quien corre hacia el vacío
pero si es cierto,
si es que la rueda
nos trae y retrotrae todo el tiempo,
-al tiempo, todos-
lo lamento. Ya pasará,
ya casi pasa. Yo no quería decir esto:
no hemos venido aquí a ser felices.
Lo siento de verdad. Yo no quería,
yo casi nunca quise ver esto que veo.

a) Pena


Apena
apenas
un hueco
ese vacío
donde ardía
un fuego fatuo
meteórico destello
que no ilumina más, no dice.
Pero el silencio, desde luego, es anterior
hijo de orgullo, pariente cercano de la culpa
y todas me pertenecen, yo fui advertida, preferí hablar
que es siempre un modo de olvidar y de morir, abandonando.

15 noviembre 2005

Vos no me gustás nada


En su diario (El oficio de vivir) Pavese decía: ¿Porqué será que todo lo que ha de ser importante en mi vida, empieza siempre por desagradarme? Cuando lo leí era demasiado joven para comprenderlo en extenso, sin embargo esta frase siempre me resonó. Supongo que las cosas que nos agradan siguen un camino ya señalado muchas veces, por muchos pasos anteriores. Las rutas asfaltadas no permiten siquiera oir un chirrido de las ruedas, son como la onda verde de acceso a nuestro ánimo. Pero cuando el camino es de ripio y lastima las plantas de los pies, o la espesura de los arbustos araña la piel, es inevitable detenerse a ver qué pasa. Qué nos pasa. En lo que desagrada siempre hay algo que empuja y algo que resiste. Esos algos suelen reunirse en la persona que somos, armar su pequeña o gran batalla, mover el piso, sacudir la costumbre, movilizar cambios. Yo diría que es verdad, en mi vida siempre ha sido así. Estoy pensando en el amor, por ejemplo. Nunca me ganó la galantería, el "voulez- vous"; mis grandes amores los he resistido, batallado, hasta que no pude menos que rendirme a la evidencia. Del deseo podría decir lo mismo, no es fácil reconocerlo, no se lo acepta así sin más; siempre hay allí algo novedoso, temido. De modo que acaso, lo que se resiste es lo nuevo, lo que no tiene antecedentes, lo desconocido. Pero ya sabemos qué nos pasa si vivimos siguiendo las flechas de los carteles indicadores, confiando en las previsiones, en los cálculos, en las especulaciones mentales (¿qué otra cosa es una fantasía?) Entonces, seamos sinceros, practiquemos el sinceramiento con nosotros mismos. Por mi parte, no volveré a decirle a nadie que lo amo por lo mucho que me gusta, sino por la profunda intranquilidad que despierta en mí todo lo que de él me desagrada. Sospecho que ahí puede haber algo verdadero.

Caracol de mar profundo


Me gustan estos caracoles y otros que ví en otro blog. Me gusta el juicio a Piglia y las consecuencias que ha tenido, más allá de ganarlo. Me gusta la carta a Bayer por el tono directo y afectuoso con el que se pueden aclarar las cosas entre amigos, sin olvidar las reglas de oro de los bien pensantes y bien actuantes. Me gusta La flor azteca porque leyéndola he pensado qué lindo niño debe haber sido Nielsen, qué lindo niño debe ser todavía para hacer las cosas del modo en que las hace. Me gusta su humildad y su buen tono.

14 noviembre 2005

Benjamin


Parar la máquina argumentadora. Dejar de proveerle el combustible tóxico de la ilusión de certeza, -nada tan lejano a la verdad-
Deshacer hasta el punto inicial, el puro origen, lo que perdura porque es en sí. Naturaleza de las cosas, naturaleza de los seres. Fluidez interrumpida, mancha sobre el blanco paño, palabra que obtura, idea -siempre impura-
Amo esta frase de Benjamin : "Cosas impuramente grávidas de certidumbre".
No es que crea en Benjamin, ocurre que estoy enamorada de él.

12 noviembre 2005

Paul

Qué bueno, qué simple, qué sensible, cómo me gusta este último disco.

11 noviembre 2005

Luego existe

Para Omar Genovese (Después de leer Kaputt, decidí dedicártelo)


Pensó decir
se apretaba en la lengua
una sola palabra
se revolvía allí
sin decidirse
pensó pensar antes de hablar
se pensó estúpida
indecisa
la sentencia a menudo
tan en la punta de la lengua
tan prontas lápidas
aplicadas sobre cuerpos catalépticos
y eso que desde el fondo
aprisionado
rasguña por salir
por demostrar
su todavía hálito viviente
ese respiro desesperado
pensar vivir
poner el cuerpo
bajo tierra
el corazón
late que late.
¿Piensa el verdugo?
No.
El verdugo ya se sabe.

10 noviembre 2005

Máquinas


Tal vez, no hay otro modo. Suena lógico que desarmar la máquina permita comprobar, comprender su mecanismo, su funcionamiento. Después, con cuidado y algo de experiencia (conseguida en el proceso de desmontar pieza por pieza) será posible recuperar esa totalidad, hasta entonces enigmática, que actuaba en nosotros. En lugar de nosotros.

08 noviembre 2005

En el barco


Este pequeño apunte hecho a lápiz
se le parece, ciertamente.


Dibujado con prisa, en la cubierta
del barco, una maravillosa tarde.
En torno nuestro el mar Jónico.


Se le parece. Pero yo lo recuerdo más hermoso.
Era muy sensitivo, hasta el extremo
de sufrir, y ello iluminaba su expresión.


A mi memoria vuelve más hermoso
ahora que lo evoco fuera del Tiempo.


Fuera del tiempo. Es tan antiguo todo
-el dibujo, y el barco, y la tarde.

Konstantinos Kavafis (Deseos y otros poemas)

07 noviembre 2005

Tenían razón.


En ese momento
hablábamos del tiempo
él dijo que el asunto
el viaje verdadero
sería conseguir
desplazarse en el tiempo,
no en el espacio.
Dije, claro
si es que sólo hay presente
sin embargo,
mirá cómo vivimos
atados al pasado,
ansiosos de futuro
impacientes de angustia
sin conciencia.

Habíamos fumado y
algo estábamos tomando.
el cenicero probablemente rebosaba
de colillas mordidas, todas mías.
Me pone tan ansiosa hablar de esto.
Miré el reflejo
que el globo verde chino
pintaba en la ventana.
Vi dos leones
una pareja de leones
hermosos y sensuales
el puro cuerpo bello
el fuego
se movían
o sólo ella se movía alrededor
se lamían las caras mutuamente.
Una danza animal
hermosa ardiente
natural como aquello
que pasaba debajo de mi cosmos.
Me pierde el infinito,
me dejo ir y siempre
el llamado de la bestia,
su belleza
lamiéndose
me trae.
A decir verdad, me pierdo en tantas cosas...
Lo decían en casa:
me falta voluntad.

04 noviembre 2005

Mi hermana


Ayer, después de hablar con vos, reviví esos momentos, cuando éramos chicas y nos íbamos a dormir. Yo, la menor, pasaba la mano por entre los barrotes de la cuna de madera, para que vos la tomaras entre las tuyas. Tenia miedo y vos me defendías. Ni siquiera tenías dos años más que yo. Me vestías, me llevabas al colegio, me dejaste en herencia tus amigos, me obligaste a luchar por lo que quería. Me seguís defendiendo, vos reconocés el terror, cuando me habita.

03 noviembre 2005

31 octubre 2005

Plegar. Plegarse.

Para Magoo, por toda la belleza que le debo.


El desorden
fue imponiendo su cifra
restando luz al día
encegueciendo.
Tornados, refucilos
ansiosos huracanes
desbordaron, mellando las orillas.
Debí. No pude
sortear aquel obstáculo.
Crecía, así son estas cosas
cada peldaño duplica al que sucede,
permite que se midan los siguientes.
Me aparté de la serie
en nombre de unos lazos.
Carne seca
causa antigua de semilla envenenada.
El mórbido Narciso
por amor al reflejo, olvida la substancia.
Todo puede saberse, si todo está a la vista
el mundo es obvio,
lo velan nuestros ojos
vueltos sobre sí mismos
la obstinación del fuego
la volátil ceniza que los nubla.
No había mayor dolor
que el que ahora regresa
a las manos vacías.
Las uñas que aferraron
lastimaron las cosas,
quisieron retener
todo eso que gira.
Lo móvil no se atrapa sin pena para todos
-si vibra debe hacerlo al modo que le es propio-
Estas uñas quebradas
dejan surcos de sangres infinitas
(la sangre es tan antigua)
No pude. Me olvidé
alrededor de mí estaba la fiesta
de todo lo que amo,
liberado, bailando.
El pozo inagotable
vierte su agua en la vida
no reclama, se ofrece.
Sirve al hombre, a los campos
así bebe lo grande, se sacia lo menudo
todo abreva en el húmedo tesoro
excavado en la tierra, con paciente equilibrio.
Quebré un cántaro
traté con ligereza
un delicado corazón,
su pura escencia
el centro del latido
que organiza el compás
del universo.
De rodillas
espero la marea.
Duele la arena,
acepto lo que deje.
Es justicia del agua:
traer lo que nos trajo,
llevarse lo que lleva.

30 octubre 2005

Dijo 33



Y más allá de los treinta y tres cielos
hay uno, el absoluto.
Allí habitan aquéllos,
son hombres convertidos.
El mayor obstáculo para ellos
-como para nosotros-
es no tener
un corazón firme.

Un clásico



Y una lluvia de hilos
labrados en su fragua
-el arte de Vulcano-
descendió sobre ellos
amarrados amantes
atrapados por redes
tejidos en su lecho.
Más tarde,
en este orden:
El Temor
El Terror
La Armonía.

29 octubre 2005

Cielos


Necesariedad de algunas cosas. La medida de la felicidad preanuncia el dolor que habrá de provocar. Hueco y saliente. Armonía cruel de todos los extremos. La permanente tentación de ceder, de dejarse arrollar por la fuerza, de renunciar al cielo. La ilusión de renunciar, de poseer alguna fuerza.
Ese cielo en el que todo se esconde: la promesa y la amenaza.

27 octubre 2005

La punta de todo ovillo

Escribo en un estado casi inconsciente, siempre, o casi siempre. La relectura de lo escrito, me revela mucho más de lo que manejaba en el momento de escribir. Cuando doy a leer, suele haber sorpresas mayores, la mirada del otro, su propia lectura, suele agregar. El caso es que alguien me hizo notar que mis poemas se dirigían a un otro, un otro misterioso o no -todo depende de qué tan críptica haya sido- a quien pareciera que le hablo. Y ese otro se ve como Uno, pero uno cercano, íntimo, conocedor de mis vericuetos. No el posible lector, esa suerte de entelequia de cualquiera que escribe, sino alguien con nombre y apellido.
Así es. Ensayo a veces algún cambio de persona (la 1ª por la 3ª) si no puedo (uno tiene su vida real, después de todo, y ya pensaremos otro día cuál es la más real de las vidas que uno tiene) exponerme tanto. Pero así es, efectivamente, y no hace mucho que lo hice un poco más consciente; casi diría que acabo de enterarme. Los mecanismos inconscientes son madejas sumamente enredadas, uno empieza tirando de la punta del hilo, suavemente, casi ignorando la tensión que aplica, y de pronto se ve enroscado, entretejido en una infernal maraña, un laberinto muchas veces doloroso, tan doloroso que inclusive, podemos decidir abandonarlo. Eso depende del coraje que se tenga, o del que sea posible tener en ese momento, en ese exacto cruce de circunstancias. O de la tolerancia que se ofrezca a la propia cobardía. No es verdad que siempre se quiera saber, -no es verdad en mi caso-. Siempre será más cómodo hacerse el desententido, silbar bajito, retirarse. De cualquier modo, es una ética que sólo el propio yo puede advertir, decidir practicar, elaborar. Aunque -justo es decirlo, también- quien nos lea, jamás podrá pasar por aquí sin reconocer qué fue lo que elegimos. La decisión ética en la escritura, no se declama. Está escrita en la mísmisima piel de esa mano que sostiene y desliza, con mayor o menor acierto, (porque ¿cuál es el acierto, después de todo?) la pluma.

26 octubre 2005

La prostitución sagrada


Parecería una incongruencia enlazar tan estrechamente lo sagrado con el ejercicio de la prostitución. Pero sólo es una incongruencia para la óptica moderna. En numerosas comunidades antiguas, la prostituta del templo era, ni más ni menos que una sacerdotisa, una intermediaria entre la divinidad femenina y el hombre; una mujer que ejercía vicarialmente los mismos actos por medio de los cuales los dioses perpetúan el desarrollo de la vida, una mujer cuyos actos carnales obligaban los actos benéficos de los dioses. Y si bien la técnica, el escenario y el sentido de la antigua prostitución ya no existen, la prostitución actual, en muchos aspectos, consiste en el mismo acto y para un fin: permitir el uso de su cuerpo por una determinada remuneración. Lo que separa fundamentalmente, el acto antiguo del moderno, es el sentido: hoy, la prostitución es un oficio ejercido para beneficio propio de quien lo practica; antes, era una de las varias formas de honrar a un dios, contribuir al mantenimiento del culto, y, también, en ciertos casos, obviar el camino hacia el matrimonio.

de: "Mitos, ritos y costumbres sexuales" P. Reynes- Lyons. Ed. Mundi. Bs. As. 1964.

25 octubre 2005

Más rosas para Rilke.


I-

También me duele a mí,
no soy quien te lastima.
En ese fondo
que juntos excavamos
(cada uno)
volvemos, de la mano del amor
(el tuyo, el mío)
al horror primitivo.

II-

Estas lluvias de Octubre en las ventanas.
Me asomo
vuelta de ardores breves
(tan intenso y no extenso es tu verano)
al comienzo de un sueño.
Como en vida
soñamos:
cada noche,
una muerte.

III-

De tu cuerpo
no quiero
tener más que tus ojos.
Añoro los paisajes que ellos miran.
El mínimo detalle
que me incluya
una luz pasajera
-ese destello-
me alcanza para verte
más grave,
más entero.
En la viva extensión
de la selva a la que se abren
por fin, me reconozco.
Te enfrento,
te acompaño.
Sin besos. Sólo el fuego furioso.
El Deseo.

IV-

Sí, frágil
-todo encuentro lo es- .
El aura de las voces
cuando escampa
la vacía llanura
sin palabras
donde late
la contenida prisa
del respiro.
Lo mudo. Lo que habla.

24 octubre 2005

Pasado perfecto


Cuanto más hondo
hacia el fondo de ese pozo caves,
tanto más el alcance
que logrará tu salto.
Esos tigres que acechan
son crueldad encarnada.
Nos legaron el mundo
después de abandonarlo.
Lo más cruel,
lo verdaderamente sanguinario
es el oro guardado
en cofres tan pequeños,
la añoranza del oro
en cofres tan endebles,
para siempre sellados.

Antiguas maldiciones



Las mañanas de Homero
tienen dedos rosados
es que amasan
toda la sombra de la noche
hasta sangrar, se hunden
esparcen
un fino polvo oscuro
de cosas
que entre los dedos
-purpúreos-
se deshacen.
No hay un lugar
en todo el mundo,
no habrá nunca un lugar para nosotros.
Está en el Duino:
"Hasta aquí llegamos ...
lo nuestro
es rozarnos así".

22 octubre 2005

Escrituras



Lo teníamos todo.
Todo, hasta la falta.
Pero ¿qué dijo la serpiente?
Nos hizo ver que estábamos desnudos.
Lo que se cubre lo que se vela lo que se oculta:
jugar con la madeja que ha tejido las trampas.
Es que los niños ignoran que son niños
(Ya lo sabemos, Césare, la infancia es la edad mítica)
Lo que sucede ahí, sucede para siempre.
Leemos. Escribimos.
Ellos nos leen y nos escriben y nos hablan.
Sé que son ellos, oigo sus voces, sus lenguas infinitas.
Ahora mismo, están ahí
los tendrás en la punta de la pluma.
(Plumas son alas, ala del Angel de la Piedad de Miguel Angel)
¿Ves qué caligrafía delicada?
Negra tinta en la grieta de la piedra.
Nombrar la flor decirme lila
decirle a ella, bautizarla
inaugurar esta cordera desobediente.
Dedo de dios, el que señala, todolotoca.
puede guiarnos hasta las islas.
-Te acompaño-
Cierro los ojos y navego. Sueño con barcos.
No hace falta conocer la curva del estuario
ni la forma precisa de la boca, no hace falta.
Fuimos, por eso somos. No sabemos nada más,
porque saber, de ningún modo, nos hace falta.
En las botellas
hervía un éter de besos transoceánicos
esos que no se dan, los que consiguen
mover el agua.
Quemar las cartas como quemamos todas las naves.
Después, sentarse
sobre esa pila de cenizas que fue un bosque
el de mi miedo, con tus signos en la fronda.
Hay que cavar, hasta el carbón.
Con las uñas, cavar hasta que sangre.
¿No te parece?
Apenas se percibe un grumo oscuro
un terrón húmedo, un murmullo de oraciones.
Oremos juntos, de eso se trata
sin duda habrá promesas de diamante.

21 octubre 2005

Cebollas



Una niña, dijo
dice una niña
digo:
¿una mujer sin filos?
Armas ocultas
en la espesura,
primeros roces.
La niña,
esa niña,
vio dolor. Demasiado.
Y si duele,
es que no quiere,
que no le gusta.
Después de todo,
estamos ciegos
quedamos ciegos
si no nos miran.

20 octubre 2005

Edades

El 1º de Enero cumpliré 48 años. Me impresiona un poco. Uno se mira en el espejo: aunque no ve arrugas, sin embargo nota que algo se opaca. Algo se va diluyendo, y a la vez, es como si otro algo, cristalizara. Un gesto, viejo, seguramente; repetido tantas veces como para ser el que va quedando. Nos modelan, de a poco. Tengo la sensación de estar siendo una niña demasiado larga. Ahora no estoy hablando del espejo. O sí. Los otros, ese azogue que permite el reflejo.

Nunca más

Nunca busquen un libro, háganme caso. Cuando necesiten encontrar ese libro que les fracturará la cabeza o el alma, esperen tranquilos, donde sea. El libro viene. Siempre. Hoy entré a Prometeo a preguntarles una boludez de vecinos y al girar para irme, me topé de frente con La literatura y los dioses, o Los dioses y la literatura, de Calasso. Literatura absoluta, dice el tipo que leí apresuradamente ahí nomás, de parada, como en una biblioteca "al paso". Me encontró.

19 octubre 2005

Poetas malditos


Todos lo son. No hay un poeta que no esté, de algún modo, maldecido. La poesía es un beso demasiado caro. Una puta sagrada.

18 octubre 2005

Tiempos modernos

Deja que ladren esos cuzcos fieros:
que no te turbe la malsana envidia
de la caterva atroz neobarroca.
Más de un gaucho feroz se ha vuelto loca
(por no abusar de guasas sinonimias)
y ha cambiado facón por costurero.

Fernando García.

17 octubre 2005

Podrían oírnos




Murmullo íntimo
que apaga
sobre mi boca
la reja
de tus dedos.