31 marzo 2007

Recuento


Foto: BRASSAI


No más que una arenilla
un racimo pequeño de cosas sin grandeza
el soplo o la palabra
una tarde de marzo neblinosa y perdida
entre todas las tardes
nada que brille, noble
como oro antiguo
o se defina para siempre
redondo y liso
como las perlas del collar que ciñen
hasta axfixiar, de a una, las memorias
ni siquiera una ilusa
sensación de riqueza
ni el dolor
rotundo e inapelable de una pérdida
apenas unos nombres
con lápiz tenue, escritos
sobre hojas amarillas
una aguja punzando
su lugar consagrado
las miserias del cuerpo
las corrientes del alma
su evanescente ráfaga
la insistente
plenitud del deseo. Nada más.

26 marzo 2007

A la hora del té


Cada cual con su dulzura. La casa es grande y el corazón también. Todo real menos uno (el de los cuernos es virtual) Besos a todas.

La mismidad del otro


Damaris de estreno y de abundancia.

22 marzo 2007

Desvíos



Con tus pálidas manos de largos dedos frágiles
extendiste el tapiz delante de mis ojos:
una escena brillante, la pareja de barro junto a un árbol
y una atenta serpiente envuelta en la raíz
(-lo que atrae es su aliento-, dijo el hombre nacido en lo hondo de la selva)
Vi el azul de los mares más remotos, el oro de las islas
la copiosa llovizna que perfuma los bosques
la aurora en la comarca de los hielos
la belleza imposible de una orquídea violácea.
Seguí el curso de tu índice con mis manos mojadas
quería detenerte borrando cada línea
(de los infiernos previos no trajimos palabras)
En la trama faltaban unos hilos. Ausente la pintura en la tela raída,
reclamaba la luz sobre una grieta. La lengua sobre el tiempo
invoca el raro acento que ponen las estrellas
en la profunda noche de puertas entreabiertas
que no cobija el sueño y deja ver las llamas del camino cercano.
Allí habrías ardido y yo podría haber sido Reina de Tus Cenizas
(abdico por amor
al fulgor más intenso del que guardes memoria)

Tapiz del Paraíso, cuerpo de espeso barro:
quedémonos aquí mientras duren las lluvias.
Ya intentamos dormir amparados por piedras
donde orinan los perros al llegar la mañana.

20 marzo 2007

Interiores


Y sin embargo no te queda más que un amor impersonal, amor de humanidad, amor del mundo diluido y concentrado en lo que vive, conciente, atento, despierto a toda hora. Algunos ven en esta aurora el desencanto, vos te dirigís al horizonte, sumás las realidades que el tiempo alinea (a veces sinuoso) y con una pequeña pátina de angustia, reconocés la suerte inevitable que te separa de la mayor angustia: la zozobra permanente, la duda oceánica atormentando tus intentos. Y estás, salís, flotás en una corriente -dolorosa también- pero cargada de luz y de sentido. La mesa y el suelo tiemblan: pasa el tren. Todos los días alguien viaja. Los polizontes no siempre consiguen -siempre agitados, eso sí- llegar a su destino.

15 marzo 2007

Fotos de viaje


Vino de lejos, trajo
una oscura viñeta con mis gestos
algo así
como el amarillento daguerrotipo
que capturó mi alma en el pasado.
El tiempo es el país adonde viaja
con una imagen mía que atesora. Fija.
Es también mi lugar
y el océano abrupto que luego nos separa.
Es antiguo como el nudo del relato
de este encuentro confuso entre él y la que soy
el que era él. Ahora, entonces
quietos los dos
en el casi perpetuo mármol de los instantes
amarillos, falaces, revelados
sonriendo de la mano, en la fotografía.

14 marzo 2007

No la hagás más lunga.(Pintonovela)

Al permanente recuerdo de Enrique de Rosas, dando las gracias a Modigliani
Mhmmm... ¿un desnudo total?

No sé, nunca lo hice...

Bueh, si es cuidado...

Y daaaale...

13 marzo 2007

Notas


Una imagen. Nada que decir. Cansancio y una forma nueva de felicidad.

08 marzo 2007

Orden

Cada cosa en su lugar . Aunque nos cueste elegirle su nueva piel, aprovechamos las opciones de bloggers para separar esta pequeña obrita dedicada a Leonardo.

Replay

No se ve con qué derecho, delante de una página escrita, olvidamos que somos hombres y que un hombre nos habla.

Leer


...Leer es tan fácil, dicen aquellos a quienes la larga familiaridad con los libros ha quitado todo respeto por la palabra escrita; pero en cambio, quien trata hombres o cosas más que libros y debe salir todas las mañanas de su casa y volver de noche endurecido, cuando se repliega por casualidad sobre una página, se da cuenta de tener bajo los ojos algo áspero y poco común, evanescente pero fuerte al mismo tiempo, que lo agrede y lo descorazona. Es inútil decir que este último está más cerca de la verdadera lectura que el otro.
Con los libros ocurre como con las personas. Deben tomarse en serio. Pero precisamente por eso debemos cuidarnos de hacer ídolos de ellos, es decir, instrumentos de nuestra pereza. En esto, el hombre que no vive entre libros, y para abrirlos debe hacer un esfuerzo, tiene un capital de humildad, de fuerza inconsciente -la única que vale- que le permite acercarse a las palabras con el respeto y el ansia con que uno se acerca a una persona predilecta. Y esto vale mucho más que la "cultura"; más aún, es la verdadera cultura. Necesidad de comprender a los otros, que es, además, la única manera de comprenderse y amarse a sí mismo: la cultura empieza a partir de aquí.
Los libros no son los hombres, son medios para llegar a ellos; quien los ama y no ama a los hombres, es un fatuo o un réprobo.
Hay un obstáculo al leer -y siempre es el mismo, en cualquier campo de la vida-: la exagerada seguridad en uno mismo, la carencia de humildad, el rechazo a aceptar lo otro, lo distinto. Siempre nos hiere el inaudito descubrimiento de que alguien ha visto, no mucho más lejos que nosotros, pero en forma distinta que nosotros. Estamos hechos de triste costumbre. Nos gusta asombrarnos, como los chicos, pero no demasiado. Cuando el estupor nos imponga realmente salir de nosotros mismos, perder el equilibrio para encontrar otro quizás más arriesgado, entonces apretamos los dientes, pataleamos, realmente volvemos a ser niños. Pero nos falta la virginidad de éstos, que es inocencia. Nosotros tenemos ideas, tenemos gustos, precisamente hemos leído ya libros: poseemos algo, y como todos los que poseen, temblamos por ese algo...

...Se habla de libros. Y es sabido que los libros cuanto más pura y llana sea su voz, tanto más dolor y tensión han costado a quien los ha escrito. Es inútil entonces esperar sondearlos sin responder como totalidad...

...El arte, según dicen, es una cosa seria. Es, por lo menos, tan seria como la moral o la política. Pero si tenemos el deber de acercarnos a estas últimas con esa modestia que es búsqueda de claridad -caridad para con los otros y dureza para con nosotros- no se ve con qué derecho, delante de una página escrita, olvidamos que somos hombres y que un hombre nos habla.

Césare Pavese

05 marzo 2007

Qué va a ser de tí



Herida del comienzo de clases. Secundario esta vez. Snif.

03 marzo 2007

Obsesión


Fugas
te refugias, jadeante
en el último cuarto.
Sobre el cristal de la ventana
su figura se azula
brilla en los bordes
-faro del límite-
Atraviesa descalza el corredor
es una sombra incandescente
de negada raíz,
arde a lo lejos
en tus ojos futuros.
Es inútil que escapes:
es la llave herrumbrada
de tu íntima puerta

Web Master

Para leer cosas como ésta, hay que ir acá

...Hace algunos meses conmemoramos el primer aniversario de la rotura del ego y para festejarlo nos embarazamos psicológicamente en el barrial de la salada. Sentimos que pateaba, tuvimos náuseas y mareos, nos morimos de la risa y calvin clein se quedó calenchu. No nos dieron el asiento e hicimos pésimos negocios. Sobrevivimos a todo menos a lo que es importante, sin saber en realidad cuál es el valor cierto dentro del enjambre de fastidios. En apariencia o fuera de ella, el ego es un fantasma macedonio de frutas...

Hotel Celine



Piro jura que vuelve el Celine
Asia fuma en la penumbra esperando un regreso, o regresando a una espera.

02 marzo 2007

Troya


















Habrá visto sus pies
junto al dentado borde de esa charca
-líquido espejo del polvo y de su sangre-
habrá oído, detrás
ciertos timbales que percuten en la nuca
su funerario son.
Un mechón de cabello debió haberse adherido
a su húmeda frente
espesando la niebla siempre obtusa
que ocluye a ras del ojo la mirada.
No humilla sólo lo que ensucia
pudo entonces pensar, como cualquiera
si alguien lava en tu puerta
el diluído espectro de una máscara.
Debajo de la lluvia los escudos
reflejarían la caída, corrigiendo
la línea que trazaron, sin firmeza,
unos vientos oblicuos.
Habrá llovido el pasado, vertical
(fue breve la victoria de los alzados puentes
en la ciudad cerrada).
Y después no habría nada, nada que fuese hermético:
la pertinacia, la dureza, la insistencia
son atributos
de la obsesión del hombre y de las aguas.
La última ilusión no será la más débil
-habrá dicho sin voz- los ojos fijos
sobre sus propios pies, o el cuero opaco
de sus rotas sandalias. Un evidente simulacro
abrió los brazos a la muerte.
Un juguete de madera venció a Troya:
enorme, burdo, casi inocente
y con la forma lejana de un caballo.

01 marzo 2007