31 marzo 2006

Abuelito, dime tú

Número y medida



Las maravillas son más
que las que puedas contar
con esos dedos.
Son más:
la mayoría ni se rozan
-es breve el tiempo de la vida-
no las descubren las pupilas encerradas
entre muros
son más,
acuden al instante
no haberlas visto dificulta
reconocerlas
(así es que se confunden y prosperan
maravillas menores)
es un milagro
raro
asistir a un milagro,
pero ocurre
nada sucede fuera,
todo en el tiempo que nos toca.
El detector de maravillas verdaderas
el que descubre
comprueba, sin asombro
que estaba dentro
sentado sobre el núcleo del misterio
con los ojos vendados,
distraído en detalles
en minúsculas cosas que dispersan
la densidad de una belleza
que es, en el fondo,
muchas veces
insoportable.

¿Qué pasó?

Veo que Bardamu suprimió los comentarios.

30 marzo 2006

Fatal


No ve
en la abundancia de los dones
abrumado
quiere cumplir su plan
ese diseño
de menuda ambición
eso que expia
por la mirilla de la puerta
su ángulo estrecho
desmesurado capricho de lo mínimo
no ve no ve no ve
abre los ojos, se desespera
obra
destruye.

Pero si hubo algo antes,
habrá después.

29 marzo 2006

No daña




¿Y quién va a condolerse de lo que abunda?

Configurar


La cornisa es un borde
una línea
y el pie desliza un peso
lo soporta
no se sabe
si señala o alerta
si provoca
hay algo en ese vértigo
como la furia del viento
en las alturas
hay un goce también
de bordes imprecisos
caer
quedar
salvarse
soñar la disyuntiva
las flechas del camino que se cruzan
vacilar
es tentación de nube
humo negro, veneno
la idea del futuro.

En los barrios



A partir del Jueves 30 de Marzo, 19Hs. en:
Centro Cultural ROBERTO SANTORO
Giribone 1961
Villa Urquiza.

28 marzo 2006

Astrolabios



De tu mano le vuelven
-tu mano que se orienta
señalando los vientos-
la lámpara de aceite
la antigua cornucopia
de alhucemas violáceas
el incienso y el cántaro.
Le era posible entonces
medir sobre los cielos
las pupilas astrales
por una sola vez, multiplicadas
rozar las hojas de un nogal
aspirando perfumes
simétricos, intensos.
Fue su noche de brujas
esa gota que embriaga,
deriva de un momento.
Trinidad de un conjuro,
espejo del deseo
una tregua, una pausa
astrolabios que indican
en estrellas distantes
la desnuda inocencia,
la vida
después juega
el juego de la muerte.

Piensa



¿No tendríamos que intentar decir la verdad, con la mayor belleza, sin que haya que sacrificar la una a la otra, en lo posible, jamás?

Hijas

Esta es Lucila (la hija mayor de mi pareja) un poco mía, también.


Dale la flor
no olvides
la cesta con los frutos
las cerezas que brillan
del color de la sangre
una verde manzana
dos racimos dorados de uva blanca
dale también
el mapa
con un trazo sutil
marca la orilla del arroyo
la posibilidad de la cascada
caídas de agua
fresca
traslúcida
dale la túnica y sandalias
resaltan los aromas de los frutos
sus perfumes
su magia
dale un nombre, después
que tu lengua articule en voz muy baja
la dulzura secreta
la vida es breve
basta ser joven para ser
de una belleza única
los dioses a esa hora se derraman
habitan en el mundo
después
de a poco lo abandonan.

En la memoria de los viejos
el tiempo es el tesoro que reemplaza
si se evoca lo bello
vuelve la luz del sol
se refleja el diamante
en la mirada.

27 marzo 2006

Veía ángeles



A Carlos Mamud (una vida signada por "Hollywood en castellano" y el horóscopo de Clarín de los domingos)



Repasa con los dedos
la esquina del papel
veo sus manos
algo oscuras
con uñas infantiles
aparta de memoria
el mechón que le cae sobre la frente
un gesto igual,
-dos gestos-
plegar papel
(sus ansiosos delirios de origami) y
apartarse el mechón de pelo oscuro
hablar hasta que queda
mirando lo que pasa en la ventana
en la pantalla de la tele
detrás del vidrio
inmóvil
se distrae
está mirando
pero eso que mira
lo recuerdo,
es otra cosa
algo que escapa en papirolas de fracaso
se cae
algo delgado como una hebra de cabello
fino, grisáceo
otra cosa , otra cosa
de la que nunca jamás ha dicho nada
algo que busca con los ojos
y no se ve
o no puede decirlo:
de niño ha visto ángeles
todos los días
en las molduras de un balcón en una esquina
dijo verlos
cuando se trata de visiones
en el caso de un niño
una madre no duda
su madre no dudó:
las visiones se irían, con el tiempo
no se habla más de eso. Terminado.
Pliega papel
dobla una esquina y la repasa con el dedo
habla habla habla
se distrae otra vez
algo se mueve,
transparente para mí
invisible a los otros
en la ventana
en la pantalla
y yo no puedo decir qué es lo que es.

Pasillos


Con quién habla
el que cierra los ojos
o los alza
las manos juntas,
la boca que pronuncia
lo que el ruido del mundo
amortigua
como el sonido de la calle
cuando llueve
a quién dirige
los signos que dibuja
qué memorias invoca
qué se esconde
detrás de lo que esconde
a sus espaldas
dónde el acento
por qué razón
la nota en rojo
resaltada
no se habita otra casa
que el misterio
del adentro y afuera
el vano de esa puerta de lo vano
su hierro trascendente,
(el de las rejas)
un misterio sin llaves,
sin señales
¿de qué lado encontrarse?
tire o
empuje
el cartel no lo dice:
aquí
de pronto, hay una puerta.

Finlandia


El Webstats sorprende. Desde hace meses, pacientemente, regularmente, y por un largo rato, me lee alguien en Finlandia. ¿Finlandia? ¡Finlandia! Esas extrañas proximidades virtuales, ese efecto de la palabra, acercando paisajes casi inimaginables.

25 marzo 2006

El bosque de los niños. Fábulas


I
Suponga que compra un regalo, lo envuelve en papel colorido y brillante, enlaza luego una cinta formando un moño primoroso. Suponga que se dispone a llevar ese regalo a la persona para quien lo pensó, lo compró, lo envolvió. En la calle, subrepticiamente, se lo arrebatan. Hay inseguridad. Existen los ladrones. Alcanza a ver el rostro del que huye con su primoroso paquetito entre las manos. Descubre con sorpresa, con azoramiento, con pena y sin gloria, que el ladrón es ni más ni menos que el destinatario de su regalo, sí, ése para quien usted lo pensó, lo compró, lo envolvió y le puso moño.
La mente del ladrón funciona acaso de ese modo: es incapaz de comprender que alguien podría ofrecerle con agrado, aquello que codicia. Compulsión al arrebato, ceguera.
A los que no pueden ver, les dicen ciegos.
¿Cómo les dicen a los que no saben ver? ¿Es posible nombrar una especie tan extraña?
II
El chico está ante el plato de comida. Separa con el tenedor lo que conoce y sabe que le gusta (lo más dulce) aparta el resto, lo aparta siempre, aunque nunca lo probó, cree que no le gustaría, (no sabe a qué sabe, sin embargo) el malcriado elige entre el pequeño espectro de lo que conoce (¿El pollo es una verdura, mamá?) Cosa de chicos. Caprichos que tal vez se corregirían de un modo violento: aquélla famosa cachetada a tiempo que faltó. No descartar la resistencia al golpe, también. Los chicos crecen. A veces, sin agrandarse nada.

Sueño



Ladrón del brillo
en los jardines de la noche
su furtivo botín
ópalo
sílice
cristal quebrado de inútil abalorio
la creciente lo deja
sobre una playa helada
sus pies entumecidos
se atascan en las grietas
no puede dar el paso
nadie rescata a quien
se vuelve sobre sí
abandonando.

El día


Guardas allí
en el hueco de las manos
el núcleo de la noche
su mar oscuro te convoca
en el silencio,
esa humedad que aquieta los timbales.
Lloras o cantas
la brevedad del día
celebración dolida del ocaso,
rueda inasible.
Tantos rozando
el cuerpo del deseo
vertederos de un agua que se enturbia
goce,
delirio.
Fugacidad.
Perseguimos lo eterno
-fue tan breve la carrera infinita-
en los signos no vimos
más que rasgos difusos de algo antiguo
era un arco quebrado, evanescente
una letra irreal,
el fatuo fuego
de un falso sacrificio.

Demoramos la nada
desde el alba
al crepúsculo.

23 marzo 2006

Cuidado con el perro

Creo ser clara. Tal vez esto sea parte de una confusa percepción de mí misma, pero creo ser clara, directa en lo que digo, obvia, inclusive en lo que omito decir (que nunca es mucho, me desboco con más facilidad de la que sería deseable). No suelo alentar lo que no me alienta, no prometo lo que no quiero cumplir, mis simpatías y mis antipatías son casi transparentes, no requieren una mirada demasiado sutil. Sin embargo, algunas personas se equivocan groseramente conmigo. Ven ceguera en mi tolerancia, (aceptación ciega) o la suponen ganada y eterna, hagan lo que hagan, digan lo que digan. Ven pasión en mis ideas o ideas en mis pasiones. Se ha dado el caso de quienes suponen que mi relativa facilidad para sentir afecto por otros, los hará quererme a mí del mismo modo, fácilmente. Aviso a los incautos: tengo un par de reglas de hierro, inquebrantables. Soy rumiante y no me apuran los tiempos tradicionales. Abrir la puerta amablemente no significa pasar al fondo prestos, hay pasos, hay puntillosa observación, notas, memoria. No atender a mi ego, desear borrar sus rastros, no significa tomar el de otro bajo mi ala, ampararlo. No acumulo, no me interesa poseer ni ofrezco el núcleo de lo que soy (tampoco a mí me pertenece) a cambio de nada, no codicio el amor, tengo mucho más del que pude desear alguna vez, desde que fue dejándome de interesar agradar y me fui acercando un poco más a lo que soy, sin mejorarme estacionalmente buscando la ganancia rápida, la satisfacción inmediata. Los años, además de arrugas, atemperan algunas impaciencias, nos instalan más cerca de la clave, nos apuran a escriturar (para bien o para mal) los dominios del sí mismo.
Hacé el favor, cuándo no sepas en qué parte de mí pensar, olvidáte de mí. Descuartizada no soy yo.

Hombre de palabra


"...Lo que ustedes llaman aciertos son errores, lo que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades..."

Rodolfo Walsh.

22 marzo 2006

Danza del fuego



Baila
el cuerpo, el nudo
misterioso doblez
danza de todo lo múltiple y cambiante
esa es
esa no es
también
tampoco
cuando la música escapa
donde esas áridas planices en silencio
pampa del sueño
baila
miente sonidos con las manos
agita el torso
se adelanta a la idea de quien ve
quien cree que roza
el espíritu del cambio cuando encarna
volátil, lábil
ha de ser todas, si es que debe ser ninguna
es la que baila para el ciego
su larga ardida cabellera
fogata de la noche
brasa del tiempo
si es que la ausencia de la luna nos resguarda
arde
como todo lo impuro, brevemente
ceniza fácil es la idea de las cosas
se resume de a poco
pequeña astilla del ardor de la impaciencia
carbón de lo que quiso
y lo que fue.

21 marzo 2006

Pozo ciego


Entierro de la lengua
fase oscura del pozo
la caída en el tiempo del discurso
elegía
flores sobre la losa
frialdad de las piedras
perdurable dureza
velos negros
la llama de las velas
(dormirse en el desvelo de los otros)
mudez
elipsis presentida
ay, la palabra
mente
miente
desmiente
ensaya y se equivoca
se disfraza
sueña la idea y la realiza
soledad de los vivos
transparencia dolida
mundo aparente
disuelto
en polvo múltiple
la necedad se dice
necesaria,
mejor callar
cerrar los ojos garantiza
la inexistencia de tantas
tristes
cosas.
No quiero ser
para nadie
no soy de mí
no puedo ser
jamás la larva sigilosa de tu pena
¿no ves?
hay demasiado dolor en este mundo.
.

19 marzo 2006

18 marzo 2006

Campos de Marte


Un ardid
esa trampa de efecto comprobado
un discurso ensayado en la vigilia
si es que el miedo se arma
y controla
desde la torre iluminada
la posible invasión del enemigo.
Prevenir
defender
calcular sobre el tiempo que se extingue
el futuro inminente
su amenaza
preparar los ejércitos
convencer a los hombres
uncir a los caballos
descargando las armas
antesala al dolor
que habrá de soportarse
o se podrá aplicar
sobre los otros
baños de sangre
heridas
descarnado regreso a los propios confines
destino de una idea puesta a prueba
tatuándola en la frente o en el pecho
unos y otros
prisioneros de sí
con las manos atadas.

16 marzo 2006

Paciencia china

Para escribir, sobre todo si se pretende ensayar la ironía sobre algo, habría que preocuparse antes por leer e interiorizarse acerca del tema que se pretende dibujar ( se lo hace con torpeza risible) con dos o tres trazos de ésos que sólo por la ausencia de lectores atentos, pasarán sin que nadie advierta el error. Para ignorar asuntos filosóficos y escribir sobre ellos, habría que ser Borges, no Vignoli. Averiguá, Beatriz. Tu idea del azar no es aplicable, el argumento que ensayaste fue tomado con liviandad y demasiada rapidez de tu parte como para resultar efectivo en esa componenda que vos sola te armaste contra otros que suponés no piensan como vos, tus fantasmas enemigos. Los textos chinos, por suerte, son muy antiguos y entre sus líneas se considera la paciencia como energía refrenada, se la valora, además, como virtud.

La duración de la noche

.. ..."Preguntas por la medida del dolor
se calcula por la duración de la noche"...
Chiang Hung

LA DURACION DE LA NOCHE
Muestra fotográfica itinerante de Carlos Mamud
Un documento histórico para que la oscuridad no sea eterna.

Buenos Aires, marzo 2006.- A treinta años del golpe militar, el fotógrafo Carlos Mamud y el Programa Cultural en Barrios,dependiente de la Secretaria de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presenta la muestra La duración de la noche, una serie de fotografías tomadas a comienzos de los 80 que revive los primeros años de lucha de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo por encontrar a sus familiares desaparecidos.
Este material inédito da cuenta de la importancia que la fotografía tuvo para las Abuelas como herramienta de búsqueda de las personas que habían sido secuestradas, ya que por aquel entonces era uno de los pocos medios disponibles para trabajar en su identificación..
La muestra está integrada por tres series de fotografías que intentan reconstruir este círculo aún abierto que va desde la desaparición de los padres hasta la aparición de sus hijos.
·· Los secuestros ·· .
·· La lucha ··.
·· Las restituciones ··
Las fotografías están acompañadas por textos seleccionados por Inés Pereira.


En una primera etapa, la muestra se estará presentando en la Biblioteca Ricardo Güiraldes ,sita en la calle Talcahuano 1261 desde el Lunes 20 de Marzo a las 18 hs,hasta el día 23 de marzo de 2006, en el marco del Programa Cultural en Barrios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, para luego recorrer el resto del país

15 marzo 2006

A mares


Hechos al mar
enfrentan
muros de olas
vientos adversos
temporales oceánicos
el ojo en la amenaza de las nubes
fijo
puede temblar la mano del que guía
no es que no tema
es que soporta sobre sí
el peso
la vida de otros
no le está dado
entonces
(sabe, lo sabe)
el error evitable
la quietud estatuaria de las dudas
tiembla la mano
ahora
entonces
la voz se quiebra en el silencio
miedo de muertes en los ojos que te miran
como sea que sea
está en tus manos
como todos
espera la caricia
el rescate
el beso que bendiga
no permitas que nada se disuelva
liga las cuerdas
el lazo del amor
arma
reúne.

13 marzo 2006

La Meca


Quién ahora
pasa la yema de los dedos sobre el piano
indeciso
de la nota o el tono
quién
lee debajo de una lámpara
algo de aceite en el perfume
cuando arde
se quema
un dejo árabe
en las formas
siempre curvas
acaso recargadas
femeninas
la voz tan grave que se pierde
sonido sucio como en bares
demasiadas palabras ya se han dicho
todavía se dicen
con palabras iguales se desdicen
no se puede tocar
el piano desafina
desentona en el ruido
los árabes exageran a menudo
las lámparas agotan el aceite
muere la luz y exhala
en agrio aroma
distintos modos de decir
morir entonces
(decirlo de ese modo)
en ese tono
resulta exagerado
es dar la nota
sobre la oscura
la cerrada madera
del piano que jamás
un árabe ha tocado.

10 marzo 2006

Prueba



Y entonces, nos parece posible
lo que era incierto ayer, cuando el futuro
recogía en un cesto
el don y la plegaria,
el verbo,
El Verbo.
Acá estás.
Esta soy
o al menos, todo esto resulta
la final apariencia
la forma, ignorada hasta el momento
(la convocada forma de la idea
tejida con las brumas
sueño-ensueño)
¿Es más cierto, es real,
es aquello en lo que se puede pensar,
conjeturar, creer?
¿Carnadura o carnada
para los huecos-trampa?
Los peces de la boca, moribundos
los cuervos que se crían, en los ojos
la cigarra al oído
o el consuelo del sexo.
¿Apena?
Algo más es apenas
la estela de la estrella,
la cola del cometa,
el broche en la solapa,
los trazos que decoran:
-lo sutil es la arcilla,
la materia del vaso-
y el agua que provee
sobre la sed antigua
de los resecos, dobles
los repetidos labios
juntos. Mudos.

No, nada tienen al fin, para decirse
los que en verdad, se saben.

=

Cupido y Psique. RODIN

Lo que te piden los amantes, Cupido
Es que repartas el fuego equitativamente:

O que ninguno de los dos sienta sus llamas
O que ambos ardan de amor en tu hoguera.

AUSONIO

07 marzo 2006

Más

Cambios,
la irreversible condición de lo espontáneo
tu entrópica manera de agregar
una causa a la serie
la mano que no vemos
su luminosa huella entre las cosas
las variantes del caos
esa imposible reducción
al origen, la recta línea
que el corazón no sigue.
Este orden nuevo
se anula ante los ojos impasibles:
vuelves atrás,
retrocedo,
y ya no queda ahí
ni el rastro de los pasos
ni el camino,
ni la intención. El ayer
no es más que polvo que en el aire se difunde
es nada,
cada paso que no des hacia adelante
te hará volver atrás
y atrás, no estás,
no estoy,
atrás, (de nuevo, amor, pero distinto)
Atrás de dos, cuando sucede lo irreversible
no hay nada, nada, nada.

06 marzo 2006

Las formas

¿ Contienen la belleza o son la belleza misma?
Yo creo que la estética es una ética.

Y ahora

¡ Habla, y cántales a Buonarotti y a Muscia un feliz cumpleaños !

03 marzo 2006

Guarda


Hay caminos más cortos,
es verdad
sería todo más fácil
con extender la mano bastaría:
las perlas falsas
se allegan hasta el hueco de las palmas
su opacidad, a veces
resulta encantadora
la ilusión las recubre
y destellan un rato
sobre el cuello perfecto,
moldeado a tu medida
en las tierras más próximas del sueño.
Sin embargo,
sumido en humo acre
tu corazón se ahoga.
La verdad que te habita
aún semilla, germen
pequeño grumo, larva luminosa
es el ala quebrada de ese pájaro
que ha visto lo invisible revelado,
el fragmento de cielo donde algo
(algo enorme, difuso)
señala lo posible.
Son palabras de tiza
que desvanece el viento ante los ojos
o diluyen de a poco,
las consabidas lluvias
-son plaga en estos trópicos-
Sin embargo, leíste
tu corazón las guarda
la llama de esa lámpara soporta
la fiereza del viento.
Espera (abriga una certeza)
le bastará la idea de la flecha
o el hueco que describa, atravesando el aire
(desnuda está en su escencia)
para dar en el blanco.