28 marzo 2006

Astrolabios



De tu mano le vuelven
-tu mano que se orienta
señalando los vientos-
la lámpara de aceite
la antigua cornucopia
de alhucemas violáceas
el incienso y el cántaro.
Le era posible entonces
medir sobre los cielos
las pupilas astrales
por una sola vez, multiplicadas
rozar las hojas de un nogal
aspirando perfumes
simétricos, intensos.
Fue su noche de brujas
esa gota que embriaga,
deriva de un momento.
Trinidad de un conjuro,
espejo del deseo
una tregua, una pausa
astrolabios que indican
en estrellas distantes
la desnuda inocencia,
la vida
después juega
el juego de la muerte.

No hay comentarios.: