21 febrero 2008
Viejazo
Ahora me copé
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El Sábato del rock
Vos, en cambio, y muy especialmente tu disco Rodolfo, son intolerables.
A mí Sanz y vos me resultan igualmente pesados, mirá vos.
Como una ola incansable, llega y se repite en mi mente esta pregunta: el tirifilo éste, ¿a quién le ganó?
Ejemplo de rock nacional:
A mí Sanz y vos me resultan igualmente pesados, mirá vos.
Como una ola incansable, llega y se repite en mi mente esta pregunta: el tirifilo éste, ¿a quién le ganó?
Ejemplo de rock nacional:
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20 febrero 2008
19 febrero 2008
Proyección de la sombra
Podría consentir
-he consentido ya
cuando el agua
en manantial más puro
lavaba heridas pequeñas,
disolvía la sangre
la alejaba
como una rémora rosada, por la arena,
rastro de todo lo que duele,
silicio de la pena-
podría intentar
-todavía hay intentos,
la fuerza es ciega y la razón
fácil de conmover
cuando fracasa en su impostura
y se aviene a no regir el surco
donde entonces
sembró su cálculo imposible
especulando acerca de un destino-
(tanta impura certeza)
Podría abandonar
esta estación de piedras,
este andén de la nada en que me ubico
para verte partir sin que me veas:
ya lo único móvil es el tiempo
y no lo vemos,
no lo ves desde allí
no se ve desde el punto
fijado a expensas de nosotros
cadena de actos,
collar que enhebra la palabra equivocada,
el sueño fuera de lugar.
Lo inasible
- indecible-
sería de ese modo, la verdad
el único sentido de la historia
desde luego, a la sombra,
sí, a la sombra
sombra que cubre sin honores,
sombra que esconde
como un modelo de traición
todo aquello que ampara.
18 febrero 2008
Lo que hay
Restos (Saúl Esparza)
Hay pequeñas señales invisibles
apagadas alarmas que fluctúan
entre darse y negarse
un levísimo cambio inaudible, en el tono
un retirarse airoso, de tan ligero
como quien busca ser uno con el aire
como quien puede
convertirse de a poco
en un grano de sal,
pequeño grumo de materia cristalina
que habrá de disolverse
sin derramar su sombra sobre nadie,
sobre ninguna, sobre mí.
Hay la cercana superficie que se embebe
barro en un íntimo paisaje de inocencias
barro
colinas de esa sal que se disgrega
líquidos días, tiempo muerto,
tanto sinuoso corredor para perderse,
tan intenso jamás.
Hay pequeñas señales invisibles
apagadas alarmas que fluctúan
entre darse y negarse
un levísimo cambio inaudible, en el tono
un retirarse airoso, de tan ligero
como quien busca ser uno con el aire
como quien puede
convertirse de a poco
en un grano de sal,
pequeño grumo de materia cristalina
que habrá de disolverse
sin derramar su sombra sobre nadie,
sobre ninguna, sobre mí.
Hay la cercana superficie que se embebe
barro en un íntimo paisaje de inocencias
barro
colinas de esa sal que se disgrega
líquidos días, tiempo muerto,
tanto sinuoso corredor para perderse,
tan intenso jamás.
14 febrero 2008
Desde estas hermosas playas
Al sol
Va
yven
vate hundes desnudo
en el breve horizonte de los ojosven
espuma, espejodonde lo rojo
se vuelve verdepor un sacro misterio de la luz
vavisible apenas
el absoluto es cuando rozasla piel dorada de febrero
venasí me acercas en racimos los perfumes
nogal oscuromanzana
granateiridiscencia
vadesde su centro
grumo y salitreresplandeciente
ven,ven
ven.Desde estas hermosas playas
Escarabajos
Pequeño toro
de lomo negro y opalino, tu
vientre brillante
un azabache que refulge bajo el sol
si el césped fuera
el mar inmenso
serías nave
barco sombrío que lo surca
si fuese el cielo,
entonces nube que custodia las tormentas
el infinito tiene cercas
entre estos muros
el jardín es ahora todo el mundo
la vida intensa nos resulta inabarcable
noche primera
entre las sábanas
heladas
blancas
de los viudos
este andar torpe
que persevera
día tras día
en el temor.
Pequeño toro
de lomo negro y opalino, tu
vientre brillante
un azabache que refulge bajo el sol
si el césped fuera
el mar inmenso
serías nave
barco sombrío que lo surca
si fuese el cielo,
entonces nube que custodia las tormentas
el infinito tiene cercas
entre estos muros
el jardín es ahora todo el mundo
la vida intensa nos resulta inabarcable
noche primera
entre las sábanas
heladas
blancas
de los viudos
este andar torpe
que persevera
día tras día
en el temor.
03 febrero 2008
02 febrero 2008
Ver en el humo
hay hombres con los ojos llenos de candados
siempre cargan consigo algún secreto sórdido
una estampita de bordes carcomidos
y la foto borrosa de un amor sin retorno
los domingos la tienden como un mantel sobre el recuerdo
hacen su fiesta de un material sin brillo
fumando lentos
pueden ver en el humo el más fino detalle de ese rostro
ganar en el alcohol la melodía innata de los héroes
suspirar quebradito hasta la noche
de no ser por la yegua soledad que pide piel a gritos
y que le abran de una puta vez
Laura Yasan
Premio casa de las Américas
siempre cargan consigo algún secreto sórdido
una estampita de bordes carcomidos
y la foto borrosa de un amor sin retorno
los domingos la tienden como un mantel sobre el recuerdo
hacen su fiesta de un material sin brillo
fumando lentos
pueden ver en el humo el más fino detalle de ese rostro
ganar en el alcohol la melodía innata de los héroes
suspirar quebradito hasta la noche
de no ser por la yegua soledad que pide piel a gritos
y que le abran de una puta vez
Laura Yasan
Premio casa de las Américas
01 febrero 2008
Cuando no
Cuando reste del día
una línea de luz,
un trazo diluyéndose en el borde
del cielo siempre escaso
que pueda concebir esa ventana
(aquella que contuvo
su delgada figura
la espalda que sería
-ahora sin dudarlo-
su retrato más fiel,
definitivo)
con esa calma insana del verano
cayendo a plomo
sobre el bochorno de la calle
donde apenas podría percibirse
el distante
ladrido de los perros
mientras un humo azul
diseminado
en círculos deformes
explore los grisáceos
rincones de la cama,
y lento, pero firme
estalle el tintineo
de metales y loza
(con ese ruido impúdico
que tienen las familias)
en la casa de al lado,
como un réquiem absurdo
una canción vulgar que la recuerda
y ahoguen, repitiéndose,
obsesivas
las notas discordantes
de tu voz
hasta hoy,
desde hoy
desconocida.
31 enero 2008
El libro de las preguntas
Señala con una marca roja la primera página del libro, pues la herida es invisible en su comienzo.
El vacío es tu viaje.
Se entra en la noche,
como el hilo en la aguja,
por una apertura feliz
o sangrienta,
por la hendidura más luminosa.
Siendo hilo y aguja
se entra en la noche
como en sí mismo.
Tú vives pese a la vida. Eres más obstinado que la muerte.
De: El libro de las preguntas. Edmond Jabès. Siruela. 2006.
El vacío es tu viaje.
Se entra en la noche,
como el hilo en la aguja,
por una apertura feliz
o sangrienta,
por la hendidura más luminosa.
Siendo hilo y aguja
se entra en la noche
como en sí mismo.
Tú vives pese a la vida. Eres más obstinado que la muerte.
De: El libro de las preguntas. Edmond Jabès. Siruela. 2006.
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