
Cecilia Minervini era estudiante de Bellas Artes y militante cristiana. Tenía 20 años cuando fue secuestrada, en agosto de 1977
Los subtes y los trenes llevaban gente bella
hacia hermosos lugares
nuestras huellas planeaban recorrer continentes
imprimirse en la grava, en el fondo del mar
buscarse en los espacios más angostos y altos
que la tierra ofreciera
los cuerpos eran lisos
y el amor se bebía la espuma de los sexos
como un tenso licor apresurado
los calendarios, rebosantes de hojas,
pendían de paredes de colores vivísimos
las grandiosas ideas se agitaban
en la boca de todos
como lábiles pájaros de plumaje armonioso
en pequeñas palabras de dulzura perfecta
Los subtes y los trenes llevaban gente bella
hacia hermosos lugares
un cielo despejado renunciaba a la noche
a los párpados muertos por el filo de imágenes
que enmudecen las calles
al pánico que duerme a tu lado en la cama
mientras velás las horas con tediosos cigarros
entre ásperas esferas que repiten maniáticas
el curso de este mundo.
Los subtes y los trenes llevaban gente bella
hacia hermosos lugares
en tus ojos clarísimos declaraba el destino
mejores intenciones.