31 octubre 2007

Eleusis


El sueño y la dulce fantasía se desvanecen.
Mis ojos se levantan hacia la eterna cúpula del cielo,
Hacia ti.
Oh astro brillante y nocturno,
Y de todos los deseos, de todas las esperanzas,
El olvido, desde tu eternidad, sobre nosotros desciende.
Se pierde el espíritu en esta contemplación.
Lo que tenía por "mío" se desvanece.
A lo inconmensurable me abandono.
En él soy, soy todo, soy yo mismo y el mismo.
El pensamiento, vuelto en sí, cae en el desconcierto,
Tiembla ante el infinito, se llena de estupor.
No comprende la profundidad de esta contemplación.
La imaginación pone la eternidad al alcance del espíritu...

G.W.F. Hegel

30 octubre 2007

Sugerencia


Sobre la pátina de hollín
de aquí a estos muros
el brazo azul rozando el hielo de la noche
abrir
dedos en cruz
temblor
como dos pájaros pequeños
salvados de la lluvia
desnudo árbol del invierno
el aleteo sumiso allí en su mano
rastro del barro
su extraña piel
la frase que se obstina
la vos que soy
si
su voz me nombra y me convoca
quisiera ir
pero a veces me suspendo
de un hilo transparente que en la altura
parece fácil de cortar
no olvides: mi lógica es acero, sobrevive
como esos muertos que creen y predican
la vida eterna, la increíble
resurrección del cuerpo en otras almas.
No esperes nada
de mí
nada desees.

27 octubre 2007

...



Cine Mudo


No es que le falte
el sonido,
es que tiene
el silencio.

Fina García Marruz

24 octubre 2007

Tortura china


Quizá los más sofisticados en la organización del infierno han sido los chinos. Para empezar, creen en la existencia de diez infiernos subdivididos en dieciséis pequeños infiernos cada uno. Allí van las almas a purgar sus pecados, y cumplida su condena, tras beber sendos tazones del rojo caldo del olvido, son precipitados por dos demonios a un río que las arrastra a un nuevo nacimiento.El monarca del primer infierno y jefe de los otros nueve reyes infernales, sobre quienes tiene jurisdicción que se extiende a sus dominios, es Sin-Kuang. Juzga a todos los difuntos y envía a los culpables a la terraza del espejo de los malos, donde ven reflejarse a sus víctimas; devuelve a la Tierra a los suicidas, en calidad de espíritus famélicos, hasta que se extinga el tiempo que debían vivir y al regresar los envía a la ciudad de los muertos por accidente, de la que nunca se sale. Manda encerrar en calabozos a los religiosos negligentes, y les impone la penitencia de completar las plegarias que descuidaron en vida.

23 octubre 2007

El color que cayó del cielo


Cuando el designado secretario dice que su esposa es una gran colorista, se refiere a la paleta que despliega en obras como ésta.

Por un momento, pensé que podría ser peluquera.

21 octubre 2007

El hombre desciende del mono

Y el nuevo y PRO secretario de cultura, de toda esta gente.
Pariente mío no es. Eso tranquiliza.
¿Ahora indagamos el árbol genealógico, en lugar del patrimonio de los funcionarios antes de asumir? Qué amor, qué pro, qué divino.

19 octubre 2007

El horror anestésico

Todo juicio es moral. Jacob refrita el dolor, ejemplifica.

Tropos


Después de la marea,
del agua
(su furia, su desborde)
el giro hacia el crepúsculo.
Así se vuelve el mundo:
la luz se desentiende de la sombra
sangrando manos blancas
con abrojos oscuros.
Hincados sobre el propio dolor,
-el amor propio-
contar
uno por uno
los granos de la arena
que fundan un desierto.
Como hicimos el mar
desnudos
gota a gota
mordiéndonos la lengua
hasta que sangre
desde un aire sereno.

18 octubre 2007

El mito del zaguán, la calle oscura


Alguien me habla y menciona
los umbrales
cada cosa
empieza en algún punto
tiene una puerta
será el orden o el caos
huevo o gallina
pero hay un día
un momento en el día
una fracción brevísima o incontable del tiempo
donde algo se inicia
algo entra en la serie
después, deriva.
A la deriva de algo
a su recuerdo impreciso
como es incierta la memoria
del tacto o del perfume
tanto más si se trata de los cuerpos
(tanto naufragio habemos, a esta altura)
que derivan y devienen
(oh, mar del tiempo)
charco de lluvia breve u oceánico capricho
a esa deriva que deviene
como cae y se desliza
el deseo
en pulsiones pequeñas
latidos sordos
a ese velero que se pierde
en un crepúsculo incesante
-la noche viene-
no podemos dejarlo en el umbral.
A los umbrales
no estaría mal oponerles los zaguanes
teoría y práctica
donde las manos ciegas
los rastros púrpura
del arrebato contenido,
los cierres
lo que se abre
aquello que abrillanta la saliva
la cercanía amenazante de los otros
la propensión a la promesa
y al secreto
como todas las calles
arboladas y oscuras
los paredones ocultos
de las fábricas, las noches de verano
-estoy pensando, por ejemplo
en aquella metalúrgica de la calle Fraga-
estoy pensando en algo
que ha derivado
en el tiempo y en mí
y ahora es el arquetipo de lo bello
el mito
aquello que sucede
por vez primera
sucede para siempre,
siempre deriva
deviene
viene.
Oh, mar del tiempo, cuántos naufragios.

11 octubre 2007

Tanto soñé contigo


Tanto soñé contigo,


caminé tanto, hablé tanto.


Tanto amé tu sombra,


que ya nada me queda de ti.


Sólo me queda ser la sombra entre las sombras,


ser cien veces más sombra que la sombra,


ser la sombra que retorna y retornará siempre


en tu vida llena de sol.




Robert Desnos

10 octubre 2007

A tiempo


Aquí está el tiempo de lo decible, aquí su patria.

Viejo blues


09 octubre 2007

La vida grotesca


Sobre el mármol helado, migas de medialuna
y una mujer absurda que come en un rincón
Tu musa está sangrando y ella se desayuna
el alba no perdona ni tiene corazón.
Al fin, ¿quién es culpable de la vida grotesca
y del alma manchada con sangre de carmín?
Mejor es que salgamos antes de que amanezca,
antes de que lloremos, ¡viejo Discepolín!

Conozco de tu largo aburrimiento
y comprendo lo que cuesta ser feliz,
y al son de cada tango te presiento
con tu talento enorme y tu nariz;
con tu lágrima amarga y escondida,
con tu careta pálida de clown,
y con esa sonrisa entristecida
que florece en verso y en canción.

La gente se te arrima con su montón de penas
y tú las acaricias casi con un temblor
Te duele como propia la cicatriz ajena:
aquél no tuvo suerte y ésta no tuvo amor.
La pista se ha poblado al ruido de la orquesta
se abrazan bajo el foco muñecos de aserrín
¿No ves que están bailando?
¿No ves que están de fiesta?
Vamos, que todo duele, viejo Discepolín.

Homero Manzi

Humanos, demasiado humanos

A veces, una repugnante condición.

06 octubre 2007

Huida


Y caminaron juntos
por la ancha explanada que vadeaba la costa.
Los árboles cimbreaban
temblando por el viento
que exhalaba la ira contenida en tormentas
de unas nubes oscuras que rozaban el agua.

Boca negra de lobo
pantano de los días que vendrían
a llevárselo todo.


Así se llega al mundo
así se dejan todas
las cosas que parecen
insuflarnos el aire.
Se huye de unos signos,
una palabra escrita,
de la sangre cercana,
del hambre,
de los huecos,
por un pasillo largo con dos puertas extremas
sin marcas a la vista.
Se fueron con lo puesto
con las ropas mojadas
y el moho de la historia
pegado a la corteza de la piel.

Boca negra de lobo
así se dejan todas
las cosas que respiran.


Cruzaron el oleaje
oteando desde lejos la señal,
el borde del pasaje,
la puerta que se abría.

04 octubre 2007

Lo que se cifra en el nombre

Había demasiadas. Islas ahora es Agua va