28 octubre 2006

Autoscopia


Fotos de Néstor Grassi


Quisieras verte de otro modo
con otros ojos, quizás
adivinar qué aman los que aman
qué se puede llegar a detestar
qué es lo benéfico
qué causa daño
si está en el gesto
en algún rasgo distintivo
si lo heredaste y se repite en los que siguen
si lo adquiriste por los hábitos
o el tiempo,
que finalmente es el que forja
las formas a su arbitrio,
o por seguir a pies juntillas
como manda el deseo
jugando así a las escondidas
cuando de pronto asoma
y libra
la arista pétrea que delata
lo encallecido
lo que duele
lo necio
lo que te niega y lo que afirma
contra corrientes poderosas
o a favor de lo leve
el obstáculo
el pase
hacia los otros que hayas sido
los que serás
hacia los otros, desde otros
quisieras verte.
Dónde tu fe
si es que todo finalmente, se reúne
¿espejismo o espejo?
de ajeno yo
de propios otros
un carroussel que te da el vértigo
y el impulso del giro,
el movimiento
fija la idea, te deshaces.
Estás a punto de no ser,
siguiendo el juego.

27 octubre 2006

Una demostración que canta


El pensamiento es una actividad inmediata, provisional, entremezclada de palabra interior muy diversa, de fulgores precarios, de comienzos sin futuro; pero también rico de posibilidades, con frecuencia tan abundantes y seductoras, que estorban al autor más de lo que lo acercan al término. Si es un verdadero poeta, sacrificará casi siempre a la forma (que después de todo, es el fin y el acto mismo, con sus necesidades orgánicas) ese pensamiento que no puede fundirse en poema si exige para su expresión el uso de palabras o giros extraños al tono poético. Una alianza íntima del sonido y del sentido, que es la característica esencial de la expresión en poesía, no puede obtenerse sino a expensas de una cosa, que no es sino el pensamiento. Inversamente, todo pensamiento que debe precisarse y justificarse al extremo, se libra del ritmo, del número, de los timbres, en una palabra, de toda búsqueda de las cualidades sensibles de la palabra. Una demostración no canta...

Paul Valery

26 octubre 2006

Te Deum


Ahora es el instante
de ese posible error
en todo cálculo
el disturbio
la espera.
No consigue dormir
no sabe hacer
lo que habría que hacer
ahora es el pasaje
el mientras tanto
si hasta parece que la aguja retrocede
vuelve al gajo anterior
el de la sombra
sólo unos pasos en el sentido ya prescrito:
se desliza la carne en humedades
silbido de aire entre los dientes
se puede oir
el niquelado tintineo de la dádiva
al compás.
No. Dirá: no
a las sirenas que ululan en el vértigo
no
al portazo brutal que da la angustia
no
al roce de cadenas sobre el suelo
de lo perpetuo y fantasmal
desencarnando
no a los ojos
que se posan vacíos más allá de la idea
esa clara señal de que ha habido promesas. No.
En su lugar
la sensación de ascenso y de caída
un cadáver que flota
su cabellera extensa
suspendida
un marchito nenúfar
sobre el espejo deformante
del río inmóvil.
Dirá: sálvame
(el no sabe pedírtelo, no acierta)
eludiendo el mensaje y la evidencia
de signos y de marcas
(de puño y letra su nombre ha escrito)
si ha vivido evitando
enfrentarse al silencio y la palabra
no sabrá hacerlo
sálvalo, entonces
de la soberbia propia del esclavo
y del deseo
que humilla al amo
salva o devuélvelo,
estéril como ha sido
a los flujos que emanan del Agua de Las Aguas.
Que ya no gire, Señor
-en este cósmico delirio-
alrededor de tí
(de mí)
sobre sí mismo.

24 octubre 2006

Idea fuerza


En la lisura de
dorados muslos
resbala líquido
se apega en
el centro de las palmas
hacia arriba es entrega
abunda como ausencia en los bolsillos
del avaro deseoso
tan pobre, pobre, pobre
en el pecho
será el hondo puñal
ala o temblor
manía soberana
cariátide inmutable
flanco débil y doble
de las puertas del templo
atlante condenado
a soportar el peso de este mundo
sobre una idea
soberbia de los hombres
vislumbrada en el mármol.

23 octubre 2006

Exigencias


Lo bello exige quizá la imitación servil de aquello que es indefinible en las cosas.
Paul Valery

20 octubre 2006

El triunfo de la muerte


Parece ser que Brueghel anduvo por San Vicente.

17 octubre 2006

Distancias


(Sobre una relato de Walter Benjamin acerca del acto de peinarse, en la mañana)


Alisa
alinea o desenreda
su peine antiguo
cede paso al torrente
ese agua dulce
que hizo flotar los sueños
se devora de a uno
los dorados erizos de sus ondas castañas,
los deshace, despacio, entre los dientes
-sus diques afilados de carey-

El hombre mira:
¿soy yo la que se peina delante el espejo?

(los espejos ven todo
pero callan las cosas que el reflejo no abraza)

Cada imagen resuena:
una copa quebrada
sobre la ajena simetría de la alfombra.

El peine nos aleja
de la región del sueño
con meditada astucia,
socava la más densa arquitectura.
Un horror distraído
desencanta los palacios que habitamos
en las noches que crees
que has dormido a mi lado.

13 octubre 2006

Uno y Todos


Tal vez porque sabían que la sangre
es la vida que fluye
la corriente
paralela del tiempo
preferían juzgarla en sus efectos.
No escapaban al diálogo inefable
que señala la vida de los hombres
el intercambio activo con sus dioses
pero es cierto que en las formas de este rito
-el sacrificio-
se distinguen de todo lo que han visto
aquellos que han hurgado
la historia en torno al mundo.

Los Tártaros tenían
un blanco pura sangre
una nube de brío sobre el verde del valle
una intención del cielo inconcebible
que es posible montar
y dejar que te arrastre.

No mataban , soltaban en los campos
un blanco potro
el sacrificio entonces
era el don ofrecido por el hombre
renunciando al poder
a la arrogancia
de ser dueño y señor sobre la bestia.
Curiosa nos resulta ahora esta apuesta
su inversión del valor y del sentido
tráslucida aparece en la niebla pasada
sobre altares sangrientos:
en lugar de matar
liberar un caballo
un corcel intocado e intocable
que en ese acto, libre
será uno sólo y todos
el continuo
ese único caballo en la cinta del tiempo
la idea del posible, el rastro que asegura
los que hubieron y habrán
su galopar que luce la seda de sus crines
y ese viento que lo empuja y que lo agita:
el deseo mortal, transfigurado.

10 octubre 2006

Closed



Duele la luz
te levantas de a poco
buscas
con la fatiga de un sin techo
cuando arrecia la lluvia
una fe que conjure

ese vacío allí donde tuviste
alguna vez la casa

pero el día y la noche
apenas se distinguen por la música
claves, violines
flautas, tambores, trompetas con sordina
preludios rumorosos a un silencio insufrible


la pausa
respiras el espíritu y te vuelves
tiritando, al principio
como si nunca antes
como si no,
no, no, no,
jamás,
de ningún modo.

03 octubre 2006

Hálito


El desliz
la yema de tu índice en el vidrio
escribes borras
sopor y bruma
en el juego de lo opaco y lo brillante
frío calor
dentro y afuera
un otro lado de las cosas, su mitad
lo que a partir del ventanal
se abra o se cierre.
La boca cerca
el nombre
desde un trazo invisible
te dibuja
su relieve es contorno de tu aliento

(un nombre escrito
queda escrito
cuando todo se borra alrededor)

Frotar
con el helado borde de las manos.
No llueve tanto,
es que las lluvias regresan muchas cosas
evanescentes o sutiles:
agua, vapores
reflejos de la luz
brillos, la huella
lo ignorado que es después, reconocido.
Sin intención
dejabas
-hace una larga hora-
de invocarla con signos.
Yace tu dedo inmóvil
no hay señales
sobre el frío cristal.
Estás al fin
-por que hay un fin-
desalentado.

02 octubre 2006