19 abril 2008

De Ulises a Telémaco






















Querido Telémaco, la Guerra de Troya
ha terminado. No recuerdo quién venció.
Los griegos, debe ser: los griegos, quién si no,
puede dejar en tierra extraña tantos muertos...
De todos modos, el camino que me lleva al hogar
resulta que se alarga demasiado.
Como si Poseidón, mientras perdíamos el tiempo,
hubiera dilatado el espacio.
Ignoro dónde estoy y lo que veo ante mí.
Al parecer, una isla, sucia, arbustos,
casas, gruñir de cerdos, un jardín
abandonado, cierta reina, hierba y pedruscos...
Telémaco, querido, en verdad
todas las islas se parecen una a otra
cuando es tan largo el viaje: el cerebro ya
va perdiendo la cuenta de las olas,
el ojo, tiznado de tanto horizonte, echa a llorar,
la carne de las aguas obtura el oído.
No recuerdo ya cómo acabó la guerra,
ni cuántos años tienes hoy, recuerdo.

Hazte hombre, Telémaco, y crece.
Sólo los dioses saben si hemos de encontrarnos.
Tampoco ahora ya no eres el chiquillo
ante el cual detuve aquellos toros.
Hoy, de no ser por Palamedes, estaría a tu lado.
Pero tal vez sea mejor así: pues sin mí
te has librado de los males de Edipo,
y en tus sueños, Telémaco, ignoras el pecado.

Joseph Brodsky
De "No vendrá el diluvio tras nosotros" (Antología 1960-1996)
Versión de Ricardo San Vicente

2 comentarios:

Pablo Seguí dijo...

Al leer esto me dieron muchas ganas de repasar los mitos según Kavafis. Gracias: se me sugirió una nueva lectura. No había leído el autor que presentás. A primera impresión, Kavafis es más conciso. Dos lecturas nuevas, entonces.

Saludos.

inx dijo...

Creo que Brodsky los presenta (a Ulises y Telémaco) como seres carnales y próximos, y ahí el mito, en mi opinión, se torna vívido. Me gustan los dos. El paisaje griego que pinta Kavafis es bellísimo también.