10 noviembre 2005
Máquinas
Tal vez, no hay otro modo. Suena lógico que desarmar la máquina permita comprobar, comprender su mecanismo, su funcionamiento. Después, con cuidado y algo de experiencia (conseguida en el proceso de desmontar pieza por pieza) será posible recuperar esa totalidad, hasta entonces enigmática, que actuaba en nosotros. En lugar de nosotros.
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