22 noviembre 2005

Despedida (tango)


Patios de la infancia aromados de malvón
calles que se entibian a la luna
sombras que se funden en un turbio corredor
y ella, que empezaba a ser ninguna,
¿Cómo pudo ser, si no tenía corazón,
si no era pájaro de alturas?
¿Dónde estaba su alma que no oía mi rumor?
De su esquina, voy a la amargura.
Nunca duele un sueño si llegó hasta el fin
el café del barrio guardó la despedida.
En la bruma de esas mesas
encontré sus manos frías
revolviendo en un pocillo lo que fui,
como acariciando
la soledad.
Barrio suburbano con la música de un tren
tonta calesita detenida
flores azuladas en los bordes del andén,
siempre hay más adiós que bienvenidas.
Trampa del ensueño fue su joven desamor
límite del cielo, su partida
el olvido llega
-es mi última ilusión-
curará con sal estas heridas.

Música de Claudio Brocco (el Toto)

3 comentarios:

Mónica Sabbatiello dijo...

¡Impresionante!
Nunca duele un sueño si llegó hasta el fin.

Anónimo dijo...

inx
vos sos la que comentas en el blog de Damaris? vos escribiste este poema? Hermoso tango. Si sos vos, no me equivoqué al pensar una vez al leerte que eras la amiga de mi amigo
Saludos

inx dijo...

Soy la que comenta en lo de Damaris, y decime... ¿quién es ese amigo tuyo que también es mi amigo? ¿Alguien de Bellas Artes?