05 agosto 2007

Mercado de las pulgas


(imagen robada a La exhibición perturbada)


Esa muñeca antigua no recuerda mi infancia
no la trae inequívoca, sobreviviente
(no retorna con signos ni evidencias)
en mi infancia, las muñecas ya eran viejas
aún puedo recordar, reconociéndolas
las babas de pegamento en las suturas
o el golpe fatal que se llevó cada pequeña astilla
vencida o arrastrada por fuerza de la escoba
humillada otra vez por los zapatos
o por la nada, que se arremolina y se asienta
viscosa, en los sumideros del olvido.
En mi infancia ya empezaban a romperse las cosas
ya intentaban decirme
-en voz muy baja, todavía-
nada te pertenece,
salvo esos restos abandonados por los otros
hilos de pegamento, suturas ciegas
-algo tristes-
pretensiosas.

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