03 mayo 2007

Lengua



He aquí un pueblo uno, pues tienen todos una lengua sola.



No habrá una sola estrella
-ni aquella que agoniza y ya se extingue,
ni las que abren la noche brillando como Furias,
ni la que permanece, paciente en sus destellos
señalando la aurora-
que sugiera a los magos más clara epifanía:
esta lengua es el mundo, tu ciudad madre y cuna
todo el polvo y el verde del laurel y el olivo
es el doble y el nombre, la deriva, el navío
los vasos y los templos que pudieran alzarse
la plegaria, los frutos, el incienso y el rito
cada hombre y la historia, la patria donde abrimos
los ojos que nos cierran las flechas, o la mano
que desciende dulcísima a sellarnos los párpados,
los caballos y el carro de glorias o de oprobios,
todo el sol que te entibie y el mar que habremos visto.
Aquí es donde llegamos, de una vez para siempre
es el día y las vísperas
el sinfín de los sueños, la corona, el anillo
es la esquiva figura de una arcilla insumisa
el paño que he teñido con púrpura y con sangre
y ha de ser ese manto que nos cubra y descubra
el lugar donde fundes en oro escurridizo
lo que adoras con alma y carne doloridas
hasta que caiga el rayo implacable que juzgue.
Es la Torre y La Tierra perdida y prometida
es el plan y la suerte, es la sombra del tiempo
y es el tiempo
la ideal geometría de los cielos posibles
el tambor de un latido que percute sonoro
en el ciclo continuo de esplendor y de ruina.

3 comentarios:

Barbi dijo...

que copado el castillo del dibujo!!

inx dijo...

¿Pse? Lo pinté el domingo, después de almorzar...

Jorge Muscia dijo...

Chau!
Como me gustaria pintar como usted!!
La felicito!
La redaccion tambien esta linda, de quien es?