07 septiembre 2007

Sustine et abstine



Ya
no hilas ni esperas
duermes
pegado al hueso digno y último. En
tu boca húmeda
prospera, lento, un musgo oscuro,
se tejen algas con raíces
-mensajes breves que arrastra el viento
como silbidos allí en lo alto
desde la copa de algún árbol
verde o altivo-.
Te has erguido sobre un monte de cenizas, sobre restos que arden todavía.
Y te demoras,
amor,
con la insistencia de las brasas
me ahogas en dolores dulces
no te deshaces,
no callas,
nombras lo ido y lo regresas.
Así nada me deja:
así tu muerte
mi vida,
no termina.