08 diciembre 2007

Paso


Dio una vuelta al jardín
con torpes pasos
comprobó la feliz indiferencia
de todo cuanto crece,
lo oportuno del tiempo
riendo allá a lo lejos
de nuestras esperanzas
ofrecidas en cuencos repletos de vacío
dio una vuelta y dejó
de lado, por un rato
su natural impulso
de perdonarse todo
-cada pequeño pecado de avaricia
sólo el juego de un niño-
que al igual que el jazmín que tapiza las cercas
no roza con sus ojos
nada que lo contemple con un foco preciso:
hace su vida solo, a tientas en la fría
húmeda tierra
sábana oscura que nunca se desprende
(como lo hizo desde hace un largo siglo, el mar esquivo)
de la planta minúscula de tan inciertos pies,
a fuerza de ligeros
como una piedra antigua, endurecidos.
Caminó,
como un acto pueril, un gesto
un cumplido sin fe
detrás de ese presagio de dolores futuros
que se encripta de a poco
en la pulida superficie de los sueños.

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