11 diciembre 2007

Telón


Dependiendo del cristal con que se mire
podría decirse que era bueno
tal vez no canónicamente "bueno"
pero no usaba la violencia
tenía humor
y sus vicios eran prácticas sociales
usos que se despliegan con la anuencia de otros,
socialmente aceptados.
Tal vez
no hizo feliz jamás a una mujer
a ninguna
le dio esa forma ignorada del deseo
esa forma deseosa envuelta en paños
la teatral escena de la vida
representada por
la música del llanto,
el color de la sangre.
No hizo casi otra cosa
que derramar en vano su simiente
echarla al aire como notas
de una canción festiva
recurrente
una copla infantil que se recita
sin que nadie se explique cómo llega
o la inventa
una garganta aguda y limpia
brisa de siesta
juego de ronda,
son.
No obtuvo un nombre
ni una imagen
que pudieran lustrarse hasta que el brillo
resultara evidente
si bien el mundo es ciego
y la corteza de las cosas
termina siendo
lo que de ellas se sabe,
ese saber posible.
Se afanó santamente
en construir sonoras cajas
tensando cuerdas
arrancándole
voces al aire
y así, yo creo
-la sensatez lo dicta-
alguien puede ensayar la vida misma.
Por alguna razón nos parece imposible
imaginarlo en el limbo de los muertos
o en un juicio sumario,
rindiendo cuentas.
La improvisada viuda
no consigue explicarlo
los amigos
se miran entre ellos, silenciosos
todo fue rápido
inconciente, indoloro
un paso de comedia
un mutis por el foro sin aplausos
que nos hace mirar detrás de bambalinas
esperando el regreso
de él
que a cambio de un buen polvo
le enseñaba a las putas
a tocar la guitarra, él
que amó
-acaso como a nadie y como a nada-
un gato azul de Rusia
que ahora mismo deambula,
entre virutas de aromática madera
por un departamento abandonado.

2 comentarios:

Ruth dijo...

Siempre me gusta volver a leerte, aunque vuelvo bastante seguido y quiero encontrar más y más! Insaciable (?)
Besitos

inx dijo...

Qué hacés Minerva, qué lindas fotos sacás. Saludos