23 noviembre 2006

Carta



¿Ves el verdín, ahí sobre esas piedras
ves la pared descascarada y sucia
las plantas amarillas
que bordean al árbol y lo asfixian
con su abrazo reseco?
Algo así tendría que pintar para mostrarte
de qué hablo cuando digo: desencanto.
De todos modos haría falta tu mirada
haría falta que vuelvas y que evoques
la vigilia empecinada de aquél tiempo,
la noción inaudita de verdad
que te ató y nos sostuvo
en la cornisa del palacio de las fiebres,
entre el atávico impulso de saltar
con los ojos abiertos al vacío
y el de hundirnos tantos años en la trampa
del sopor embellecido de los sueños.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qurida Inx; este poema está precioso. Tan exacto, tan gráfico, tan sonoro. Tiene un ritmo maravilloso que contagia. Dice una verdad dolorosa, evoca imágenes de lo que todos hemos vivido, aquéllo de lo que habló Benedetti (lo estrictamente conocido). No sé cómo le haces para imprimirle belleza hasta lo triste, lo cotidiano, al desencanto, al fastidio, sin duda eso que tienes es un don concedido por los Cielos.

Te abrazo, deseándote un maravilloso día;

Hil