22 enero 2007

El espiante. Poema II

El teléfono aturde tu pieza de soltera rebota en la pared que empapelamos juntos en el frasco vacío de perfume en la percha donde colgué mis pantalones en vestidos tirados, pañuelos, almanaques, esa puerta que abriste a mi pasión tantos domingos. Las sombras mastican disuelven mi llamado para decirte nada más comprendo la vida es una sola y llueve tanto, el mar rompe el amor pegado con saliva solamente tu letra me queda de cuentas y cansancios, apenas un centavo de sol sobre la ausencia. No hagas caso, eso sí, de estas palabras que uno planta o sepulta en los poemas. Las palabras me sirven de tabla en el naufragio y en cuanto a los poemas, los poemas de amor siempre son tristes.

Eduardo Romano

Me gusta mucho este poeta que conozco por poquísimos poemas suyos incluídos en antologías. Mucho. Un día lo encontré (en persona) y se lo dije, invocando un poema suyo que recordaba: "Generación". Me lo agradeció . Los que escriben comprenderán qué significa que alguien recuerde una frase tuya que ha leído con atención.

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