17 enero 2007

Soplo


Ruegos
temblores
el misterio del cielo
cuando el trueno o el rayo.
La iniciación
el tiempo en el que el tiempo
descorre sus cortinas
se alza el velo
y la puerta
cede y se abre.
Alguien te lleva
guía
gira
-siempre alguien nos lleva
algo nos guía-
tu cabeza reposa entre sus manos
te confías, entonces, al secreto
te entregas
como se entrega
cada cosa que se da y lo que se niega
(se inclina como hierba)
permite que lo beban
gota a gota
como bendice el que bautiza
con agua pura
como se vierte
el semen que los dioses
consideran sagrado:
allí después
surgirá algo
algo que nace
atravesado de dolor
desnudo y entre llantos
empapado de sangre,
eso que inspira
el aire que le insufla
desde el cielo
la voluntad de un viento
que siembra dispersando
el soplo extenso
sobre los límites borrosos
(el borde de lo llano, la hendidura)
echando abajo el cerrojo de las puertas
vertiente que se inclina
sobre la tierra
desde tu ser, ahora
hacia todos los confines de este mundo
en cada ruego
en el temblor devoto
en la oración y en el estruendo
soplo
pneuma y aliento
luz
rayo.

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