25 junio 2005

Eso sí.

Cuando le pidieron a Piro un artículo sobre Cortázar, Guillermo escribió: No puedo hablar de lo que amo. Con respecto a Borges, yo diría que no sé hablar de lo que amo. Tal vez intente una y otra vez y ese sea el único motor de lo que escribo, sin lograrlo cada vez, volviendo a intentar, sintiendo siempre la insuficiencia de mi palabra, primero como fracaso, después como aliciente. Pero hay algo que puedo decir. Un escritor que abre universos, que consigue revelarnos algo, algo que quizás estaba ahí y no lo vimos, es mucho más que un escritor, es un maestro de los muchos que atraviesan nuestras vidas, y no siempre tenemos la lucidez de reconocerlos. No me interesan las polémicas, las cátedras donde se disecciona lo que está vivo y late. En el fondo, no hay demasiadas cosas importantes, como dice ese bellísimo libro, el Eclesiastes:
"Y vi que todo es vanidad, y apacentarse de viento".

4 comentarios:

Unknown dijo...

hermoso.
Creo que me sobran las palabras. Y agradecerte, queda chico...
Pero gracias ademas por tus comentarios

Omar dijo...

Borges anda siempre por ahí. ¡Qué notable!
Dice la leyenda que Luis Gusmán fue a buscarlo a su departamento (debía dar una conferencia para Conjetural u otra movida psicoanalítica). Una vez sentados en el taxi:
-¿Y usted qué hace? -preguntó Borges.
-Soy psicoanalista... (silencio) y además, escribo.
Borges hace silencio, simula pensar en lo dicho... y responde:
-¿Así que escribe? ¡Qué notable! Yo también escribo.

Gabriela dijo...

Bellísimo
Gracias!

Anónimo dijo...

amen