La ligera escarcha en la noche
y no el fulgor del alba que se acerca.
Ella llora sobre la almohada empolvada todavía,
su cuerpo no se avendrá a dormir en la cama.
La vela de orquídea se extingue, vuelve a arder.
El incensario se apaga, reaviva el perfume.
Pregunta por la medida del dolor.
Se calcula por la duración de la noche.
Chiang Hung
03 junio 2005
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