25 enero 2008

La muchacha debajo del farol

Hans Leip dudaba entre dos chicas, a cuál de las dos entregaría su amor. Lili era verdulera, Marlene, enfermera. Unió a las dos en un poema que no consideró nunca demasiado meritorio, y así nació el híbrido amoroso de Lili Marlene. 22 años después, Norbert Schultze, compositor de himnos que loaban los tiunfos del ejército alemán, le puso música, aún se la conocía como "la muchacha debajo del farol". La interpretaron en alemán Lale Andersen y más tarde Marlene Dietrich. Un oficial, trasladado a Belgrado para hacerse cargo de la dirección de la emisora militar de esta ciudad, se llevó consigo el disco. Desde allí emitió la canción por primera vez el día 18 de agosto de 1941, dedicándola a sus compañeros en el desierto norteafricano. A Rommel le gustó mucho la composición y pidió que se incluyera habitualmente en las emisiones de la radio. Comenzó a tener un gran éxito y desde todos los frentes llegaron peticiones para que se emitiera, de modo que la emisora comenzó a pasarla todos los días a las 21.57 hs. como cierre de su programación. Debido a la potencia de la emisora, los soldados aliados también escucharon la canción y el tema fue adoptado en ambos frentes. Así, cuando empezaron a hacer prisioneros enemigos, comprobaban que todos la conocían.
Traducida enseguida a otros idiomas, se convirtió en la canción "de guerra" más popular hasta hoy conocida. La versión inglesa apareció en 1944, cantada por Anne Shelton y posteriormente por Vera Lynn, cuya versión se radiaba desde la BBC de Londres en trasmisiones para el ejército aliado. Los españoles de la División Azul entonaban una versión propia. El VIII Ejército británico la adoptó, y fue cantada en cuarteles y hospitales militares. En 1944, la versión del cantante Perry Como ocupó el puesto Nº 13 en el ranking de los Estados Unidos. Muchos años después, nuevamente ocupó un importante lugar en el ranking de los Estados Unidos en 1989 y en el japonés en 1986. Josip Broz Tito, en Yugoslavia, dicen que también la tarareaba.

2 comentarios:

un viejo tanguero dijo...

Hermosa historia y hermosa canción.
Y ella, el ángel azul, poniendo un toque de luz en esos años despiadados.

Otra cosa : Señorita Inés, me parece que se le está inclinando el rancho. Le va a tener que pedir ayuda a la Señorita Roverano.

Besos.

inx dijo...

Mi rancho se inclina porque es flexible, don Viejo. Como bambú. La Roverano, de todos modos, está atenta. Gracias.