29 junio 2006

Sobre esta piedra



Seca
la noche que no pasa
arena húmeda
bloqueando el pasadizo del reloj
árida
la sensación del sueño
su prolija
sutura de materias
cosiendo la vigilia
a un paño que se vuelve
mortaja y túnica,
adherente vestido sobre la piel,
la carnadura inevitable de los días
latido que percute
timbal preciso resonando
siempre fiel a las vísperas
celebrante
todo lo creas
ese es el modo en que edificas
cada ladrillo un germen del gran muro
sueldas la luna a un métalico infinito
¿son mis ojos oscuros?
sobre el altar, la sangre tibia
todavía
lecho de piedra
el cuerpo muerto
obras
me sacrificas
no puedo aún
ver sin espanto
las manchas rojas en tus manos
bajo los ojos
entro
(ya estuve aquí otras veces)
no es templo,
si resulta
alguna vez refugio.
¿Cómo podríamos mirarnos sin horror
delante de esta muerte,
con sus pardos caballos
a la deriva de una pampa azafranada?
Fantasmas de caballos montados por fantasmas
jinetes
más oscuros que un ánimo de sombras
si desgarrado aquí
el sangriento sayal
a las espaldas de la víctima
el verdugo.

2 comentarios:

Vero dijo...

Me gustó muchísimo este poema, Inx, tiene imágenes que me sorprendieron: la arena endurecida que hace inútil el reloj (el tiempo bloqueado), el sueño costurero,la "carnadura" de los días, y eso sólo al principio. Desde "¿Cómo podríamos (...)" hasta "el verdugo" final cada verso me cayó encima como una metralla. Un beso.

inx dijo...

Muchas gracias, Vero, pocas personas leen con tanta atención, me siento escuchada y comprendida. Un beso.