Cada hombre lleva en sí una habitación. Es un hecho que
nos confirma nuestro propio oído. Cuando se camina rápido y se escucha, en especial de noche cuando todo a
nuestro alrededor es silencio, se oyen, por ejemplo, los
temblores de un espejo de pared mal colgado.
Franz Kafka
02 agosto 2005
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