Y más allá de los treinta y tres cielos hay uno, el absoluto. Allí habitan aquéllos, son hombres convertidos. El mayor obstáculo para ellos -como para nosotros- es no tener un corazón firme.
¿Por qué le parece que no tenemos ese corazón firme? No cree, acaso, que está detrás de las olas, como la paz del ojo de la tormenta, bien al centro, y más aún, más al centro, allí, en el centro del centro: la paz, el corazón más que firme, pleno, tranquilo, sereno, sabio.
4 comentarios:
¿Por qué le parece que no tenemos ese corazón firme?
No cree, acaso, que está detrás de las olas, como la paz del ojo de la tormenta, bien al centro, y más aún, más al centro, allí, en el centro del centro: la paz, el corazón más que firme, pleno, tranquilo, sereno, sabio.
No. Ese es un enorme trabajo, piense en el hexagrama 52.
Además, no son mías estas palabras.
El poema es anónimo, yo sólo lo reescribí.
No es casual su reescritura. No me venga ahora con ese equive, no es propio de usted.
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