04 abril 2006

La nave del estado



¿Te llevarán al mar, oh nave, nuevas olas? ¿Qué haces? ¡Ay! No te alejes del puerto. ¿No ves cómo tus flancos están faltos de remos y, hendido el mástil por el raudo Ábrego, tus antenas se quejan, y a duras penas puede aguantar tu quilla sin los cables al cada vez más agitado mar? No tienes vela sana, ni dioses a quienes invocar en tu auxilio, y ello por más que seas pino del Ponto, hijo de noble selva, y te jactes de un linaje y de un nombre inútil. Nada confía el marinero, a la hora del miedo, en las pintadas popas. Mantente en guardia, si es que no quieres ser juguete del viento. Tú, que fuiste inquietudes para mí y eres ahora deseo y cuidado no leve, evita el mar, el mar que baña las Cícladas brillantes.

HORACIO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿porque esa tos?,y los parasitos,
leva el pan de tus ojos estrabicos,
que no te roce el deseo,
que no te llegue la felicidad
que no reias que no..
Ema

inx dijo...

Eso no es de Ema. Es una obra perdida del agente Smith, la reconozco al toque.