03 abril 2006

Ucello



Sólo porque es bello. Aunque no sólo, también por la extrañeza que provoca esta mirada, el modo en que la subjetividad se separa o se distancia de la escena que representa (una batalla), abstrayendo la belleza de la forma, la armonía. Como si esa mirada se ubicara en otro punto, un punto del tiempo más durable, menos sujeto a la inmediatez, el tiempo de quien puede observar meditando la escena. También por esa rara vecindad que le encuentro con las estampas japonesas.

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