18 julio 2005

La lluvia

La lluvia cae por las celdillas del aire oscurecido
donde la roza el sol, se ilumina
pero bebe unos sorbos de la sombra que enfrenta
traslada a otras moradas sus reflejos
quita luz a la tierra. La tierra se ennegrece
y muestra su substancia más profunda.
Detrás de la lluvia
apenas intuímos fundidos claroscuros
como lo hacen las lágrimas, confunde los paisajes
con sus hilos delgados e inconstantes
todo arrastra, deshace. Persevera
hasta hacer insensible la visión de las cosas.
Borra el antes, impide
predecir lo cercano.

Los vientos que la orientan son azules y densos.
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(De Pinturas ciegas)

5 comentarios:

Omar dijo...

me gusta eso de pinturas ciegas.

inx dijo...

Es un librejo que escribí sobre Leonardo da Vinci, él dice eso: si llaman a la pintura "poesía muda", bien podrá decir el pintor que la poesía es "pintura ciega".

Anónimo dijo...

pintura ciega,
sobre todo si pensamos en autores que escribian su poesia desde la materialidad de las palabras, nó?
me recuerda que j.l.b. las dictaba una vez que las construyera de manera visual en su intima oscuridad que solo permitia la ilusion del amarillo, a. p. en un pizarron, jugando con las palbras, dejandolas que maduren, intercambiandolas como pequeñas cascaritas de naranja o senderos de hormigas.

Anónimo dijo...

..."así como Rimbaud pretendía, y buscaba, el color de las vocales, Durrel buscaba a partir de la estructura, imagenes eidéticas, transmisión de ideas a través de la asociación libre entre el sonido, el referente semántico y el contexto"...

inx dijo...

Todos ellos perdidos en el bosque, buscando, Federico. Lo del bosque de los signos, sin ir más lejos, se lo afané a Baudelaire. Otro.