Días de lentitud, dias de lluvia,
Días de espejos rotos y de agujas perdidas,
Días de párpados cerrados en el horizonte de los mares,
De horas todas iguales, días de cautiverio.
Mi espíritu que brillaba aún sobre las hojas
Y las flores, mi espíritu está desnudo como el amor,
La aurora que él olvida le hace inclinar la cabeza
Y contemplar su cuerpo obediente y vano.
Sin embargo, yo he visto los más bellos ojos del mundo,
Dioses de plata sosteniendo zafiros en sus manos,
Verdaderos dioses, pájaros en la tierra
Y en el agua, los he visto.
Sus alas son las mías, nada existe,
Sólo su vuelo que sacude mi miseria,
Su vuelo de estrella y de luz,
Río, llano, roca, su vuelo,
Las olas claras de sus alas,
Mi pensamiento alzado por la vida y la muerte.
Paul Eluard.
02 julio 2005
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