Llegar a ser esa pared olvidada de sí donde se proyectan tus agitadas sombras chinas tu figura inquieta que no se imprime la sucesión infinita de tus formas que pasan, o mejor aún, no la pared sino la estela que tus sombras, al moverse describirían en el aire.
2 comentarios:
es bellísimo el poema, la imagen también.
Gracias. Siempre creí que ese poema no estaba logrado, que no le gustaría a nadie.
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